La constancia debe llevar a feliz
término la obra,
para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada.
Si
a alguno de ustedes le falta sabiduría,
pídasela a Dios, y él se la dará,
pues
Dios da a todos generosamente
sin menospreciar a nadie.
Santiago 1:4-5
Hoy deseo
hablar de esa especial sabiduría que Dios ha concedido a toda mujer. Una sabiduría
que no se encuentra en el conocimiento que tenemos, sino más bien, en el uso
que le damos a aquello que sabemos.
La mujer
prudente reconoce que Dios le ha dado la capacidad de compartir la tristeza del
que sufre. Gracias a la sabiduría que posee es que una mujer sabe cómo
acariciar a un niño, a una amiga, a un compañero… La mujer sabia reconoce que
toda palabra conlleva una intención y por eso, cuando habla, sus palabras están
llenas de prudencia.
La mujer sabia
es del todo consciente de sus encantos femeninos, por eso es cautelosa a la
hora de elegir el atuendo que se pondrá, así como su forma de caminar, de reír
y de hablar. Una mujer recatada entiende que la sencillez no es sinónimo de
falta de gusto, y por eso en todo momento actúa en forma refinada, educada y
elegante. Ella tiene el porte de una hija de Dios, y no se deja seducir por
vanas adulaciones, especialmente si vienen de parte de los hombres. Esa mujer
es también cuidadosa cuando ofrece consejos y expresa sus puntos de vista.
Ella sabe que
la pereza es una de las estrategias favoritas de Satanás, por eso procura estar
siempre activa y ocupada en obras que aporten el bien a su vida y a la de sus
prójimos. Se reconoce a sí misma como modelo para quienes la observan y para
sus hijos; por esta razón se esfuerza por ser un ejemplo positivo que ayude a
edificar la vida de los demás. Es fiel a sus deberes, porque sabe que su
constancia garantiza el bienestar de los que la rodean.
Amiga, por
todo lo anterior y por mucho más, te animo a caminar por la senda de la
sabiduría, mientras vas tomada de la mano de Dios. Debes ser consciente de
antemano de que, si careces de sabiduría, puedes solicitarla al Señor, quien de
acuerdo con la promesa bíblica, te la proveerá abundantemente.
Busquemos la
sabiduría divina, ¡la única que llevaremos al cielo!
Meditaciones Matutinas para la mujer
“Aliento para cada día”
Por Erna Alvarado
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