miércoles, 18 de diciembre de 2013

UN JARDIN SUBTERRANEO

Portada Menores

Lugar: Canadá

Palabra de Dios: 1 Corintios 3:6

Estaban a cuarenta metros bajo la superficie. Las luces de sus cascos daban un brillo fantasmagórico a los oscuros túneles. No importaba qué hora del día fuera, la luz solar no llegaba hasta ese lugar. Pero, esto no parecía molestar a los mineros de las minas de cobre y zinc de Manitoba, Canadá, mientras sacaban las bolsas con sus almuerzos.

Mientras comían, uno de los obreros escupió las semillas de manzana al piso. Un tiempo más tarde, uno de ellos notó un pequeño brote.

-Parece el comienzo de un árbol de manzanas -murmuró, intrigado.

Cuando el señor Zetti, un científico dedicado a la agricultura, se enteró de esto, decidió hacer un experimento; quizás, hasta plantar una huerta en la mina. Eso es imposible, le decía la gente. Es imposible cultivar una huerta a cuarenta metros de profundidad. Pero, el señor Zetti comenzó a bajar en el ascensor hasta el fondo, y luego a caminar casi ochocientos metros por un túnel largo y húmedo, hasta que llegó a una sala oscura.

Si hoy visitaras ese lugar, encontrarías árboles, bayas y hierbas; hasta las rosas crecen aquí, bajo tierra. El señor Zetti les provee de luz artificial. Y, como las plantas no tienen que luchar contra pestes, el clima duro o los insectos, como pasaría sobre la superficie, prosperan.

¿Plantas creciendo a cuarenta metros de profundidad? Parece un lugar poco común para que las plantas crezcan, pero la huerta subterránea del señor Zetti está prosperando. De la misma manera, cuando plantamos semillas de verdad al compartir la Palabra de Dios, a veces el mensaje arraiga en personas que parecían improbables. A veces, somos rápidos para juzgar y decir: “él nunca aceptará a Cristo”; “ella es demasiado terca”; o “ellos son demasiado malos”. Pero, Dios puede alcanzar a las personas de diferentes maneras. Nuestra tarea es seguir plantando la semilla. Como escribió el apóstol Pablo: ‘Yo sembré, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento”.

Lectura Devocional para Menores
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee Robinson

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