Bienaventurado el hombre…
que
guarda el día de reposo para no profanarlo,
y que guarda su mano de hacer todo
mal.
Isaías 56:2.
El profeta
Isaías, al anticipar la dispensación evangélica, presenta la obligación del sábado
y las bendiciones conectadas con su observación de la manera más impresionante…
Hasta ese
momento, la circuncisión y una observancia estricta de la ley ceremonial habían
sido las condiciones de la admisión de los gentiles en la congregación de
Israel; pero estas distinciones habrían de ser abolidas por el evangelio.
“A todos los
que guarden el día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto, yo los
llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos
y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada
casa de oración para todos los pueblos” (Isaías 56:6, 7)…
Más adelante,
después de reprender el egoísmo, la violencia y la opresión de Israel, y de
exhortarlos a obras de justicia y misericordia, Dios declara: “Si retrajeres
del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares
delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios
caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te
deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te
daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha
hablado” (58:13, 14)…
Esta profecía
se extiende a través de los siglos hasta el tiempo en que el hombre de pecado
intentó anular uno de los preceptos de la Ley de Dios, pisotear el día de
reposo original de Jehová y exaltar, en su lugar, uno de su propia creación…
Hubo dos
instituciones fundadas en el Edén que no se perdieron por causa de la caída: el
sábado y la relación del matrimonio. Estas fueron transportadas por la
humanidad más allá de las puertas del paraíso. Todos los que aman y observan el
sábado, y mantienen la pureza de la institución del matrimonio, demuestran ser
amigos de la humanidad y amigos de Dios. Todos los que por precepto o ejemplo
disminuyen la obligación de estas instituciones sagradas son los enemigos de
Dios tanto como de la humanidad, y emplean su influencia y los talentos
recibidos de Dios para producir un estado de confusión y de corrupción moral
- Signs of the Times, 28 de febrero de 1884.
Meditaciones Matutinas para adultos
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White
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