viernes, 27 de diciembre de 2013

UN DIAMANTE DEL TAMAÑO DE UN PLANETA

Portada Jovenes
La muralla estaba hecha de jaspe,
y la ciudad era de oro puro,
semejante a cristal pulido.
(Apocalipsis 21:18).

¿Te has imaginado cómo sería una ciudad de oro puro? La Biblia describe la Nueva Jerusalén, la ciudad que será la capital del reino universal de Dios y que tiene 2.200 kilómetros de perímetro, como una metrópoli hecha de oro puro semejante al cristal pulido, con una muralla de jaspe, doce perlas sólidas como puertas y cimientos de diferentes piedras preciosas. La urbe es realmente extraordinaria pero ¿no te parece un poco exagerada? Bueno, evidentemente no lo es para Dios.

De acuerdo a la revista Time, los científicos descubrieron en el universo, a muchísimos millones de distancia de la Tierra, un diamante que es tan grande como un planeta. A 600.000 kilómetros de distancia se encuentra una estrella que tiene una masa mayor a la de nuestro Sol pero que solo mide escasos 24 kilómetros de diámetro, y da vueltas sobre su propio eje más de cien veces por minuto. ¡Alrededor de esa estrella gira un diamante que tiene el tamaño de Júpiter! Este planeta tiene un volumen tan grande que en él caben 1.300 planetas del tamaño de la Tierra. Es algo tan extraordinario que ni siquiera lo puedo imaginar.

Esa diminuta pero poderosísima estrella es un pulsar, lo que quedó de una estrella enorme que estalló y se colapsó sobre sí misma. Los pulsares fueron descubiertos en la década de 1960. Desde entonces, los científicos han descubierto cientos y cientos de ellos. Según Matthew Bailes, astrónomo de la Universidad Swinburne de Tecnología, en Australia, originalmente esa pareja de cuerpos celestes era un par de estrellas ordinarias que orbitaban en torno a un centro común. Una era más o menos como nuestro Sol, la otra quizá diez veces mayor. La estrella mayor estalló y dejó en su lugar a una estrella de neutrones. Mientras, la estrella similar a nuestro Sol envejeció, con el tiempo se achicó, perdió sus capas exteriores y acabó colapsándose para convertirse en lo que conocemos como estrella enana blanca.

¿Te imaginas los tesoros que hay escondidos en el universo? Será fantástico poder viajar por los diferentes planetas, estrellas y sistemas solares, ver y conocer la diversidad de la creación de Dios. Esa es una de las cosas que me gustará hacer cuando vivamos en el cielo nuevo y la tierra nueva que Dios ha preparado para nosotros. ¿Te gustaría unirte conmigo en uno de estos viajes? Todavía hay tiempo para anotarse en el grupo. ¿Quieres ir?

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