lunes, 16 de diciembre de 2013

ALCANZAR ELEVADAS METAS

Portada Mujeres
Él reserva su ayuda para la gente íntegra
y protege a los de conducta intachable.
Proverbios 2:6-7

Vivimos en una época de grandes retos en la que las mujeres se preocupan cada vez más por su desarrollo y superación personal. Tomando en cuenta lo anterior, no solamente deberíamos agregar años a nuestra vida, sino que también debemos aceptar el desafío de escalar cumbres que implican superación, con denuedo y perseverancia.

Los desafíos nos asustan a muchas de nosotras, cuando en realidad deberían constituir tan solo pruebas a las que hemos de hacer frente con ánimo. Elena de White afirmó: “La mujer no conoce su poder. Dios no quiso que sus capacidades fuesen todas absorbidas en preguntarse: ¿Qué comeré? ¿Qué beberé? ¿Con que me vestiré? Hay un propósito más elevado para la mujer, un destino más grandioso.

Debe desarrollar y cultivar sus facultades porque Dios puede emplearla en su gran obra de salvar a las almas de la ruina eterna” (El ministerio de la bondad, p. 151).

Muchos de nuestros temores a enfrentar retos radican en el hecho de que algunas mujeres creen carecer de cualidades personales. Le temen al ridículo, y antes de intentar cualquier proyecto o tarea, anticipan el fracaso. Sin embargo, olvidan que todo ser humano es como un diamante que necesita ser pulido hasta que alcance todo su brillo. Si lo miraran desde esta perspectiva, el miedo al ridículo sería un asunto de menor importancia.

No dejemos de aprovechar el “hoy”: este es el mejor momento para comenzar a pulirnos. No depositemos nuestra vida en el mañana, pues así tan solo postergaremos una oportunidad de superación personal, perdiendo un tiempo precioso.

Muchas mujeres se ocultan detrás de excusas como: “No pude”; “No tuve la oportunidad”; “No me lo permitieron”. Este es el momento de sacar a la luz los proyectos empolvados por el tiempo.

Dios te necesita, tu familia te necesita, la sociedad te necesita. ¡No permitas que el estudio de ninguna materia o asunto te quite el sueño, comienza estudiando las Sagradas Escrituras!

Aprovecha el día de hoy para leer un buen libro, para ver un programa de televisión educativo, para escuchar música edificante. Asimismo, rodéate de personas que te motiven a la superación, y sobre todo amístate con el Señor, que es la fuente de toda sabiduría.

Meditaciones Matutinas para la mujer
“Aliento para cada día”
Por Erna Alvarado

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