sábado, 21 de diciembre de 2013

ALEGRÍA NAVIDEÑA

Portada Menores

Lugar: Nueva Zelanda

Palabra de Dios: Proverbios 25:20

La melodía de villancicos navideños se oía en medio del silencio de la noche. “La primera Navidad fue una noche de paz…” “Allá en el pesebre…” “Noche de paz, noche de amor…”

La música provenía de la casa de la señora Adams, quien aparentemente disfrutaba de las fiestas. Había decorado su casa con brillantes luces navideñas, que eran acompañadas de música navideña lo suficientemente fuerte como para que todo el vecindario la oyera. No pasó mucho tiempo antes de que los vecinos comenzaran a protestar.

Finalmente, un inspector municipal llamó a su puerta.

-Hemos recibido algunas quejas por su decoración navideña –le informó cortésmente el hombre a la señora Adams-, Le agradeceríamos si puede apagar la música. Noche de paz: ¡eso es lo que sus vecinos están pidiendo!

La señora Adams parecía sorprendida.

-Yo sé que la música se vuelve molesta después de un rato -respondió-.

Por eso, solo la dejo encendida tres o cuatro horas cada noche.

¿Por qué no aprecian un poco de Navidad?

Pero, los vecinos que se habían quejado no estaban en contra de la música navideña; lo que no querían era tenerla de noche a todo volumen en sus casas. Sí, hasta la alegre música navideña tiene su tiempo y su lugar. Y eso es lo que la Biblia dice, en este versículo: “Dedicarle canciones al corazón afligido es como echarle vinagre a una herida o como andar desabrigado en un día de frío”.

¿Alguna vez echaste vinagre sobre una herida? Créeme, arde. ¿Te sacaste el abrigo en un día de frío? Eso no es muy agradable, tampoco.

Y si tienes un amigo que se siente mal, cantarle canciones quizá no sea lo mejor. Pide a Dios que te ayude a ser un buen amigo. Quizá lo que tu amigo necesita es alguien que lo escuche o lo ayude. Tal vez, una palabra de ánimo o una oración especial.

Lectura Devocional para Menores
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee Robinson

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