martes, 10 de diciembre de 2013

SHOW DE ELEFANTES

Portada Menores

Lugar: Tailandia

Palabra de Dios: Santiago 3:7-10

Cuando estuvimos en Tailandia, fuimos a ver un show de elefantes.

Los elefantes entraban en filaindia, usando sus trompas para sostener la cola del elefante que iba delante de ellos. Sus cabezas se balanceaban de un lado al otro, mostrando sus adornos de brillantes colores. El entrenador hizo que los elefantes se irguieran y se dieran las patas. Saludaron a la audiencia, tiraron agua con la trompa y atraparon objetos que les tiraban. Era asombroso ver cómo esos grandes animales hacían trucos. - Necesitamos diez voluntarios -anunció el hombre hacia el final del show-, ¿Quién es lo suficientemente valiente como para venir aquí, al frente, y acostarse en el piso? Los elefantes caminarán sobre la persona sin pisarla.

De ninguna manera me iba a ofrecer como voluntaria. ¿Puedes imaginar lo terrible que sería que la pata del elefante terminara sobre tu estómago? ¡Son muy pesados! Pero, mi hermano fue más valiente, o más loco, que yo y pasó al frente. Me encogí de miedo cuando vi cómo el elefante se dirigía hacia él, pero a último momento levantó la pata y pasó por encima de mi hermano.

Un elefante es un animal grande como para controlar, pero la Biblia dice que es más difícil controlar la lengua. “El ser humano sabe domar y, en efecto, ha domado toda clase de fieras, de aves, de reptiles y de bestias marinas; pero nadie puede domar la lengua. Es un mal irrefrenable, lleno de veneno mortal. Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a las personas, creadas a imagen de Dios. De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así”.

La lengua, en otras palabras, lo que decimos, nos puede meter en problemas. Entreguemos nuestro hablar a Dios. Él puede ayudamos a mantener las cosas bajo control.

Lecturas Devocionales para Menores
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee Robinson

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