Mira, Señor, cuánto amo tus
preceptos;
conforme a tu gran amor, dame vida.
La suma de tus palabras es la
verdad;
tus rectos juicios permanecen para siempre.
Salmo 119:159-160
Los cambios
nos afectan en muchos sentidos, constituyendo en ocasiones un llamado a no
permanecer al margen de los acontecimientos. Cada día trae consigo cambios
constantes. En nuestra sociedad, las mujeres ya no se conforman con ser meras
espectadoras; más bien procuran ser protagonistas.
La cultura
actual se ha introducido en nuestros hogares, unas veces por las buenas, y
otras quizás por las malas. Surgen día a día nuevos conceptos referentes a la
habilitación y disposición de nuestras viviendas. Los enseres tradicionales que
nuestras abuelas empleaban han sido reemplazados por utensilios fabricados con
la más alta tecnología. La moda, a su vez, ha hecho que nuestros roperos
aumenten de tamaño, pues lo que hoy es actual mañana se vuelve anticuado.
Las mujeres
hemos de movernos a la velocidad vertiginosa de los acontecimientos, pues de lo
contrario podríamos quedarnos estancadas o varadas en el tiempo. Sin embargo,
hay muchas cosas que la tecnología nunca podrá reemplazar ni cambiar. Aunque el
mundo de las ideas hoy causa una revolución en muchos ámbitos de la sociedad,
los valores universales no cambian; por el contrario, se ponen de manifiesto
como cada vez más necesarios.
Conocer la
realidad de lo que hoy acontece en nuestra sociedad es prácticamente un deber
de toda mujer, porque al ser conocedoras de lo que sucede en este planeta,
veremos que los preceptos de Dios no han perdido su vigencia, y nos dejaremos
guiar por ellos al mismo tiempo que los utilizaremos para guiar a nuestra familia.
Hoy se hace
cada vez más necesario acudir a la Palabra de Dios con el fin de conocer cuál
es la voluntad divina. Asimismo, el Señor nos ha confiado un gran tesoro en los
libros de Elena de White. Me pregunto si hemos leído con detenimiento algunos
de ellos, especialmente los que se relacionan con nuestros hogares. Este es
quizá un buen momento, cuando se acerca el fin de otro año, para decidir
acercarnos más al Señor y a su Palabra. ¡Que Dios nos bendiga al tomar esa
decisión!
Meditaciones Matutinas para la mujer
“Aliento para cada día”
Por Erna Alvarado
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