martes, 17 de diciembre de 2013

VIDAS LLENAS DE LAS COSAS CELESTIALES

Portada Desde el corazon
Bienaventurados los que lavan sus ropas,
para tener derecho al árbol de la vida,
y para entrar por las puertas en la ciudad.
Apocalipsis 22:14.

Si deseamos entrar en el cielo debemos luchar por integrar todo lo que podamos del cielo en nuestra vida terrenal. La religión de Cristo nunca rebaja al receptor. Ejerce una influencia celestial sobre la mente y los modales de hombres y mujeres. Cuando la Palabra de Dios encuentra acceso a los corazones de los rudos y los ásperos, comienza un proceso de refinamiento del carácter, y quienes lo sufren se vuelven humildes y receptivos, como niños pequeños…Han de ser piedras vivas en el templo de Dios, y son cortadas, ajustadas y cinceladas para colocarlas en el edificio de Dios. Quienes están llenos de estima propia se convierten en mansos y humildes de corazón. Su carácter cambia, y son transformados por la renovación de su mente y la regeneración obrada por el Espíritu Santo.

Dios dijo, en el principio: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” (Génesis 1:26); pero el pecado casi ha borrado la imagen moral de Dios en la humanidad. Esta condición lamentable no habría permitido cambio ni esperanza si Jesús no hubiera descendido a nuestro mundo para ser nuestro Salvador y Ejemplo. Él permanece en medio de la degradación moral de un mundo; un carácter hermoso e impecable, un único modelo digno de nuestra imitación. Debemos estudiar, copiar y seguir al Señor Jesucristo; entonces podremos traer la belleza de su carácter a nuestra propia vida y entretejer su hermosura en nuestras palabras y acciones diarias… Por medio de Cristo, podemos poseer el espíritu de amor y de obediencia a los mandamientos de Dios.

Este amor puede ser restaurado en nuestra naturaleza caída a través de sus méritos; y cuando el juez se siente y los libros se abran, podremos recibir la aprobación de Dios.

Juan vio la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, con sus doce puertas de perla y doce fundamentos de piedras preciosas, descendiendo del cielo de parte de Dios… Todo el que entre por esas puertas y camine por esas calles habrá sido cambiado y purificado por el poder de la verdad; y la corona de gloria inmortal adornará la frente del vencedor.

Las naciones que han guardado la verdad entrarán, y la voz del Hijo de Dios pronunciará la alegre bienvenida: “Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida” (Apocalipsis 22:14) - Signs of the Times, 22 de diciembre de 1887.

Meditaciones Matutinas para adultos
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White

No hay comentarios.:

Publicar un comentario