martes, 17 de diciembre de 2013

PLANIFICAR ANTES DE INICIAR UNA EMPRESA

Portada Jovenes
Más vale joven pobre pero sabio
que rey viejo pero necio,
que ya no sabe recibir consejos.
(Eclesiastés 4:13).

Se cuenta que, en tiempos antiguos, un rey de Tartaria salió a caminar en compañía de algunos de sus nobles. A un lado del camino había un monje que gritaba:

-¡A quienquiera que me dé cien dinares le daré un buen consejo!

El rey se acercó y le dijo:

-¿Cuál es el buen consejo que me das por cien dinares?

-Señor -contestó el religioso-, ordena que me entreguen esa suma y te lo diré de inmediato.

Así lo hizo el rey, esperando escuchar algo extraordinario. El monje le dijo:

-Mi consejo es este: “Nunca comiences algo sin haber reflexionado sobre cuál será el final de tu empresa”.

Al oírlo todos los nobles se echaron a reír. Pero el rey dijo:

-No se rían del buen consejo que me ha dado. Nadie ignora que todos debiéramos pensar muy bien antes de emprender cualquier cosa. Pero a diario somos culpables de no recordarlo y las consecuencias son muy graves. Valoro mucho el consejo que me ha dado este monje.

El rey decidió tener siempre presente el consejo recibido y ordenó que fuera grabado en letras de oro sobre las paredes y en una fuente de plata. Algún tiempo después, un conspirador intentó asesinar al rey. Sobornó al cirujano real con la promesa de conseguirle el cargo de primer ministro del reino si clavaba un bisturí envenenado en el brazo del soberano.

Cuando llegó el momento de hacer una sangría al rey, llevaron una fuente para recoger en ella la sangre real. De pronto el cirujano reparó en las palabras grabadas en el recipiente:

“Nunca comiences algo sin haber reflexionado sobre cuál será el final de tu empresa”. Solo entonces se dio cuenta de que, si el conspirador llegaba a ser rey, podía hacerlo asesinar de inmediato, con lo cual no tendría necesidad de cumplir con lo pactado.

El rey, al ver temblar al cirujano, le preguntó qué le sucedía. El cirujano confesó la verdad, el conspirador fue apresado y el rey mandó llamar a todos los que habían estado presentes cuando el monje dio su consejo, y les dijo: “¿Todavía se ríen del religioso?”

El joven pobre y sabio puede ser mejor que un rey si oye el consejo de quienes lo aman.

El consejo de Dios primero, luego los de los padres, y al final el de los sabios.

Lecturas Devocionales para Jóvenes
¿Sabías qué..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix Cortez

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