Lugar: Bélgica
Palabra de Dios: Lucas 2:14
“Gloria a Dios
en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad”,
cantaron los ángeles cuando se aparecieron a los pastores la noche del
nacimiento de Jesús.
Pero, al
acercarse la Navidad del año 1914, la paz y la buena voluntad parecían muy
lejanas. Muchos países estaban en guerra; un conflicto implacable que más tarde
llegó a ser conocido como la Primera Guerra Mundial. Aunque había estado
desarrollándose tan solo unos meses, la guerra ya se había cobrado centenares
de miles de víctimas… Y duraría otros cuatro largos años.
Esa fría noche
de diciembre, las tropas alemanas enfrentaban a las tropas británicas y
francesas, a lo largo de kilómetros de trincheras lodosas. Muchos de los
soldados estaban pensando en la Navidad, y deseando estar en sus casas, con sus
familias.
Entonces, algo
asombroso sucedió. Soldados del lado alemán comenzaron a cantar villancicos y a
colocar pequeños arbolitos navideños iluminados con velas, fuera de sus
trincheras. Los soldados ingleses y franceses comenzaron a unirse a los cantos.
Aparecieron carteles: “Ustedes no pelear. Nosotros no pelear”. Ambos bandos
llamaron a una tregua espontánea. Y los soldados abandonaron las trincheras y
caminaron hasta un lugar neutral. Allí, se saludaron y hasta intercambiaron
regalos. La tregua no duró mucho pero, esa Navidad, los soldados vivieron unos
pocos momentos de paz y de buena voluntad.
Esa es una
pequeña vislumbre de lo que puede ocurrir cuando Jesús está en nuestros
corazones. Él puede reunir hasta a los enemigos más enconados. Invita a Jesús a
tu corazón, y pídele que te ayude a llevarte bien con quienes te rodean.
Permite que él te ayude a encontrar paz mientras esperas su Segunda Venida,
cuando tendremos verdadera paz y buena voluntad en la tierra.
Lectura Devocional para
Menores
En algún lugar del
Mundo
Por Helen Lee Robinson
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