Lugar: Washington, EE.UU.
Palabra de Dios: 1 Juan 3:16
El 26 de
diciembre de 1981, Rey, un perro mestizo pastor alemán, estaba durmiendo en la
sala de la familia Carlson cuando se despertó sobresaltado y comenzó a oler el
aire a su alrededor. El humo comenzaba a ascender desde la habitación de al
lado. Podía sentir el calor del fuego.
El perro
comenzó a ladrar, mientras retrocedía hacia la puerta que le habían dejado
abierta. Pero, nadie más en la casa se movía. Rey continuó ladrando, tratando
de alertar a sus amos sobre el peligro en el que estaban, pero aparentemente
todos estaban profundamente dormidos.
Con un gemido,
Rey miró la puerta abierta que lo llevaba a la seguridad.
¡No podía
dejar atrás a sus amos! Valientemente, se acercó a la habitación que se
quemaba. Tendría que atravesarla, para poder llegar a los dormitorios.
La puerta a
esa habitación estaba cerrada, así que Rey rasguñó y mordió el panel de madera,
hasta que pudo pasar. Luego, corrió por la habitación en llamas y se dirigió
derecho al dormitorio de la hija adolescente. Después de despertarla a ella, se
dirigió al dormitorio de los padres. Para este entonces, el olor a humo era
fuerte, y los Carlson inmediatamente se dieron cuenta de que su casa se estaba
incendiando, y corrieron hasta un lugar seguro.
Rey tenía las
patas muy quemadas, un corte en el lomo y astillas en la boca, pero,
afortunadamente, se recuperó. ¿Puedes imaginar cuán agradecida le estaba su
familia? ¿Puedes imaginar cómo lo trataron, de allí en adelante?
¿Cómo
reaccionarías si alguien hubiera estado dispuesto a arriesgar su vida por ti?
Eso es lo que Jesús hizo. De hecho, “Jesucristo entregó su vida por nosotros”.
Él murió por ti y por mí, para que podamos vivir.
¿Cuán
agradecido estás por su sacrificio de amor? ¿Cómo afecta esto tu relación con
él?
Lecturas Devocionales
para Menores
En algún lugar del
Mundo
Por Helen Lee
Robinson
No hay comentarios.:
Publicar un comentario