Lugar Filipinas
Palabra de Dios: Daniel 6:22
Equipados con
Biblias y provisiones médicas básicas, Santiago y su compañero misionero
Andrés salieron, listos para ir a visitar a algunas personas de la ciudad.
Habían llegado a este lugar no hacía mucho tiempo, y habían encontrado que la
obra de difundir el evangelio era desafiante y, a la vez, les traía muchas
satisfacciones.
Al llegar a la
calle, Santiago extendió el brazo e hizo señas a un triciclo. El triciclo era
una forma común de transporte público en esa parte de las Filipinas. Consistía
en una moto con un sidecar, en el cual viajaban los pasajeros. Santiago dijo al
conductor adonde ir, y comenzaron el viaje por el camino lleno de baches.
Aunque habían
orado antes de salir de la casa, Santiago sintió la necesidad de pedir la
presencia de Dios una vez más. “Señor, por favor, está con nosotros hoy”, oró.
“Ayúdanos a llegar al corazón de las personas con tu amor. Señor, realmente te
necesitamos”.
Siguió orando
en silencio, hasta que llegaron a su destino. Al bajarse, Santiago metió la
mano en su bolsillo y sacó dos pesos.
-Salamat po
[Muchas gracias] -dijo, pagando al conductor.
El conductor
miró las monedas y sacudió la cabeza.
-Tres pesos
-dijo.
-¿Tres pesos?
Pero, si cuesta un peso por persona.
-"Tres pesos
-insistió el conductor-. Ustedes son tres: uno, dos, tres.
Santiago y
Andrés se miraron. En ese momento, se dieron cuenta de que un ángel había
estado con ellos. Dios les estaba mostrando que no estaban solos. Al igual que
el Daniel de la Biblia, ellos podían decir: “Mi Dios envió a su ángel” Nosotros
también podemos decir lo mismo. Los ángeles de Dios cuidan de ti y de mí.
Lectura Devocional para
Menores
En algún lugar del
Mundo
Por Helen Lee Robinson
No hay comentarios.:
Publicar un comentario