Lugar: Estados
Unidos
Palabra de Dios: 2 Reyes 12:15
Era
verano. La escuela había terminado, y Henry iba a trabajar con su papá. Después
de desayunar, los dos salieron de la casa y se detuvieron en un comercio
cercano, a comprar el diario. Luego, siguieron hasta el trabajo, donde leerían
el diario a la hora del almuerzo.
Pero,
esa mañana, el papá de Henry tomó dos diarios, por equivocación.
-Tengo
que volver inmediatamente y pagar el diario de más que me traje -le dijo a su
hijo.
-Pero,
papá, es solamente un diario. Nadie se dará cuenta.
El
papá le respondió que sería deshonesto no pagar el diario y que, como
cristiano, debía hacer lo correcto. Volvió rápidamente al negocio, y le explicó
al dueño lo que había ocurrido.
Cerca
de una semana más tarde, alguien robó algunos artículos muy caros de ese
negocio. La policía acudió a investigar, y vieron que los únicos dos clientes
que habían estado en el comercio en el momento del robo eran el papá de Henry y
otro hombre.
El
dueño del local habló bien del papá de Henry.
-Yo
lo conozco -le dijo a la policía-. La semana pasada, él devolvió algo que se
había llevado por error. ¡Él nunca haría algo como esto!
La
policía le hizo caso, y fueron a buscar al otro hombre, quien resultó ser el
culpable. Al hacer lo correcto, el papá de Henry se ganó la reputación de ser
un hombre bueno y honesto.
La
Biblia también menciona a algunas personas con buena reputación.
En
la historia de la construcción del Templo, hay un ejemplo.
La
Biblia dice: “A los que estaban encargados de pagar a los trabajadores no se
les pedían cuentas, pues procedían con toda honradez” ¿No sería grandioso tener
una reputación como esa? ¿Ser alguien que todos saben que es confiable? Es
posible, y todo comienza con una acción por vez.
Lecturas Devocionales para Menores 2013
En algún del Mundo
Por Helen Lee Robinson
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