Y tomarán de la sangre, y la
pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas. Éxodo 12:7.
El Señor dio a Moisés instrucciones
especiales para los hijos de Israel acerca de lo que debían hacer para
preservarse ellos y sus familias de la temible plaga que estaba a punto de
enviar sobre los egipcios. Moisés también habría de dar a su pueblo
instrucciones sobre su salida de Egipto. Esa noche, tan terrible para los
egipcios y tan gloriosa para el pueblo de Dios, se instituyó la solemne ordenanza
de la Pascua. Por la orden divina, cada familia, ya sea sola o en conexión con
otras, habría de matar un cordero “sin defecto”, y con un hisopo rociar su
sangre sobre “los dos postes y en el dintel” de sus casas como una señal, de
manera que el ángel destructor que pasaría a medianoche no entrase a aquella
morada. Habían de comer la carne asada, con hierbas amargas y pan sin levadura,
de noche, y como Moisés dijo: “Ceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en
vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente;
es la Pascua de Jehová” (Éxodo 12:11). Este nombre fue dado en memoria del paso
del ángel por su morada [sin herirlos]; y el pueblo de Israel había de celebrar
una fi esta anual a través de las generaciones futuras.
La levadura obra secretamente, y es un
emblema adecuado de la hipocresía y el engaño. En esta ocasión, los hijos de
Israel habían de abstenerse de pan con levadura; esto grababa en sus mentes el
hecho de que Dios requiere verdad y sinceridad en su adoración. Las hierbas
amargas representaban su larga y amarga esclavitud en Egipto, al igual que la
esclavitud del pecado. No era suficiente matar el cordero y esparcir su sangre
sobre los dinteles, había de ser comido, lo que representaba la íntima unión
que debe existir entre Cristo y sus seguidores.
Se requería una obra de los hijos de Israel,
para probarlos y mostrar su fe en la gran liberación que Dios estaba efectuando
a su favor. Para escapar del terrible castigo que estaba a punto de caer sobre
Egipto, debía verse una señal de sangre sobre sus casas. Y se requirió que se
separaran ellos y sus hijos de los egipcios y que se reunieran en sus propias
casas, porque si se encontraba a algún israelita en las moradas de los egipcios
caería víctima del ángel destructor. También fueron dirigidos a establecer la
fi esta de la Pascua como una ordenanza para que, cuando sus hijos preguntaran
por el significado de tal servicio, se lo relacionara con la manera maravillosa
en que fueron protegidos en Egipto – Signs of the Times¸ 25 de marzo de 1880.
Tomado de Meditaciones Matutinas para
adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White
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