En
Jehová será justificada y se gloriará toda la descendencia de Israel. Isaías
45:25.
Abraham fue llamado a salir de una familia
idólatra, y fue escogido por Dios para preservar su verdad en medio de la
corrupción extendida y creciente de aquella época idólatra. El Señor apareció a
Abraham y le dijo: “Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé
perfecto. Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera”
(Gén. 17:1, 2).
El Señor comunicó su voluntad a Abraham y le
dio un conocimiento específico de los requisitos de la ley moral y de la
salvación que sería lograda por Dios mismo. Abraham fue llamado a un elevado
honor: el de ser el padre del pueblo que durante siglos fue el guardián y el
preservador de la verdad de Dios para el mundo, del pueblo aquel a través del
cual todas las naciones de la tierra serían bendecidas en el advenimiento del
Mesías prometido...
Dios le confirió a su siervo fiel un honor
y una bendición especiales. Por medio de visiones y a través de los ángeles que
caminaban y hablaban con él como entre amigos, fue familiarizado con los
propósitos y la voluntad de Dios...
Pero los descendientes de Abraham se
apartaron de la adoración del Dios verdadero y transgredieron su Ley. Se
mezclaron con las naciones que no tenían conocimiento o temor de Dios en su
mente, y gradualmente imitaron sus costumbres y maneras; hasta que la ira de
Dios se encendió contra ellos, y les permitió tener sus propios caminos y
seguir los designios de sus propios corazones corruptos...
Pero, cuando se humillaron ante Dios y
reconocieron sus obras y clamaron fervientemente a él por la liberación del
opresivo yugo de los egipcios, sus clamores y sus promesas de obediencia llegaron
al cielo. Sus oraciones fueron contestadas de una manera maravillosa, e Israel
fue sacado de Egipto, y el pacto hecho con sus padres fue renovado con ellos.
Así fue preservado el conocimiento de la Ley
de Dios a través de generaciones sucesivas desde Adán hasta Noé, desde Noé
hasta Abraham, y desde Abraham hasta Moisés – Signs of the Times, 22 de abril
de 1886.
Tomado de Meditaciones Matutinas para
adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White
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