Caminó,
pues, Enoc con Dios,y desapareció, porque le llevó Dios. Génesis 5:24.
Después de la caída de Adán desde un estado
de felicidad perfecta a una condición de pecado y de miseria, hubo peligro de
que los hombres y las mujeres se desanimaran... Pero las instrucciones que Dios
dio a Adán, repetidas por Set y practicadas por Enoc, despejaron las tinieblas
y la tristeza, e infundieron al hombre la esperanza de que así como por Adán
vino la muerte, por el Redentor prometido vendría la vida y la inmortalidad.
En el caso de Enoc, se les enseñó a los
fieles afligidos que mientras vivieran entre gente corrupta y pecaminosa que
estaba en rebelión abierta y atrevida contra su Creador, si obedecían y tenían
fe en el Redentor prometido, obrarían justicia como el fiel Enoc, serían
aceptados por Dios y finalmente elevados a [la presencia] de su Trono
celestial.
Por su separación del mundo y la dedicación
de gran parte de su tiempo a la oración y la comunión con Dios, Enoc representa
al pueblo leal de Dios en los últimos días, que vivirá separado del mundo. La
maldad prevalecerá en una terrible proporción sobre la tierra. Las personas se
entregarán a toda maquinación de sus corazones corruptos, y vivirán según sus
fi losofías engañosas, rebelándose contra la autoridad del altísimo Cielo.
Los hijos de Dios se separarán de las
prácticas pecaminosas de los que los rodean, y buscarán la pureza del
pensamiento y la conformidad santa a la voluntad divina hasta que su imagen se
vea reflejada en ellos. Como Enoc, se estarán preparando para ser trasladados
al cielo. Entretanto se esfuerzan por instruir y advertir al mundo, no se
conformarán al espíritu y las costumbres de los incrédulos, sino que los
condenarán por su conversación santa y su ejemplo de piedad.
La traslación de Enoc al cielo justo antes
de la destrucción del mundo por un diluvio, representa la traslación de todos
los justos vivos de la tierra, previa a su destrucción mediante el fuego. Los
santos serán glorificados en la presencia de quienes los han odiado por su
obediencia leal a los Mandamientos justos de Dios.
Enoc instruyó a su familia acerca del
diluvio. Matusalén, el hijo de Enoc, escuchó la predicación de su nieto Noé,
quien advirtió fielmente a los habitantes del mundo antiguo que una gran
inundación vendría sobre la tierra. Matusalén y sus hijos y nietos vivían
cuando se construía el arca. Ellos y otros recibieron instrucción de Noé y lo
ayudaron en su trabajo – Signs of the Times, 20 de febrero de 1879;
parcialmente en Patriarcas y profetas, p. 76.
Tomado de Meditaciones Matutinas para
adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White
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