Palabra de Dios: Santiago 5:7, 8
A
las 3 de la tarde, el rey iba a visitar la escuela. Los profesores y los
alumnos del Seminario Gitwe se prepararon para encontrarse con él; y a la hora
señalada todos se habían reunido en la iglesia, para darle la bienvenida. Pero,
el monarca no llegó a las 3. Todos se sentaron, y esperaron y esperaron. Pasó
una hora, y el rey todavía no había aparecido. Otra hora pasó lentamente.
-Quizá
no vaya a venir -dijo alguien.
-Sí,
tengo que irme -señaló otro.
La
cantidad de personas comenzó a disminuir. Algunos tenían compromisos que
cumplir. Otros se cansaron de esperar, y se fueron.
Solo
quedaron unos pocos fieles, esperando pacientemente en la iglesia.
-Algo
debe haberlo demorado -se dijeron unos a otros-. Seguro que vendrá muy pronto.
Tres
horas más tarde, alguien anunció finalmente:
-¡Viene
el rey! ¡Viene el rey!
Y
todos los que estaban todavía en la iglesia se apuraron a recibirlo.
Pero,
solo fueron unos pocos los que pudieron ver al rey. La mayoría de las personas
que se había reunido en la iglesia a las 3 de la tarde ya se había ido. Se
perdieron la visita del rey.
¿Cuántas
veces has escuchado que Jesús, el Rey de reyes, viene pronto? ¿Te has cansado
de esperar? ¿Te estás interesando cada vez más en otras cosas? ¿Te has
desanimado, y te preguntas si Jesús volverá, después de todo? Aquí hay un
mensaje para ti: “…miren cómo espera el agricultor a que la tierra dé su
precioso fruto y con qué paciencia aguarda las temporadas de lluvia. Así
también ustedes, manténganse firmes y aguarden con paciencia la venida del
Señor, que ya se acerca”. Jesús ha prometido que volverá. Y si esperamos
pacientemente; lo veremos cara a cara.
Lecturas Devocionales
para Menores 2013
En algún lugar del
Mundo
Por Helen Lee Robinson
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