Ciertamente
Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. Génesis 28:16.
Jacob se despertó con un sentido solemne de
la presencia de Dios... El plan de salvación le fue revelado a través del
Espíritu de Dios; no enteramente, sino las partes esenciales para su
conocimiento. El tiempo del primer advenimiento de Jesús todavía estaba en un
futuro distante, pero Dios no permitiría que su siervo permaneciera sin saber
que se había provisto un Abogado a los hombres y las mujeres pecadores para con
el Padre.
Hasta el tiempo de la rebelión del hombre
contra el gobierno divino, había existido libre comunión entre Dios y el
hombre. Pero el pecado de Adán y de Eva separó la tierra del cielo, de manera
que el hombre no podía ya comunicarse con su Hacedor, por mucho que lo deseara.
No podía escalar los bastiones del cielo y entrar en la ciudad de Dios, porque
allí no puede entrar nada que contamine. La escalera representa a Jesús, el
medio señalado para comunicarnos con el cielo. Si no hubiese salvado por sus
méritos el abismo producido por el pecado, los ángeles ministradores, que
ascienden y descienden tal escalera no habrían podido tratar con los pecadores.
Todo esto se le reveló a Jacob en su sueño.
Aunque su mente comprendió en seguida una parte de la revelación, sus grandes y
misteriosas verdades fueron el estudio de toda su vida, y las fue comprendiendo
cada vez mejor. La escalera mística que se le mostró en su sueño fue la misma a
la cual se refirió Cristo, en su conversación con Natanael. Dijo el Señor: “De
aquí en adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y
descienden sobre el Hijo del hombre” (Juan 1:51).
La obra de nuestra vida se encuentra en
comenzar en el peldaño más bajo de la escalera y ascender hacia el cielo paso a
paso... Ascendemos por medio de pasos sucesivos. Cuando soltamos un peldaño, es
para aferrarnos de uno más arriba. Así, la mano constantemente se extiende
hacia arriba en niveles sucesivos de gracia, y los pies se plantan en un peldaño
tras otro, hasta que finalmente se nos administre una entrada abundante en el
Reino de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo – Signs of the Times, 31 de julio
de 1884.
Tomado de Meditaciones Matutinas para
adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White
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