Queridos hermanos, no se extrañen del fuego de la prueba que están
soportando, como si fuera algo insólito. Al contrario, alégrense de tener parte
en los sufrimientos de Cristo, para que también sea inmensa su alegría cuando
se revele la gloria de Cristo.
1 Pedro 4:12,13.
Las
pruebas que los cristianos afrontan constantemente no constituyen solamente el
plan de Satanás para destruirlos, sino la escuela de Dios para darles éxito y
perfeccionarlos. La seguridad y la paz excesivas son dañinas. Al menos eso pasa
con los bacalaos.
A
finales del siglo XIX, en la costa este de los Estados Unidos, existía una gran
demanda de bacalao. La fama de dicho pez se propagó inmediatamente por todo el
país, incluso hasta la costa oeste. Pero pasó un tiempo antes de que idearan un
medio adecuado para enviar el bacalao al otro extremo del país sin que se
estropeara. Al principio enviaron los pescados congelados por ferrocarril, el
medio más rápido en aquellos días, pero el resultado al cocinar el bacalao no
era satisfactorio. Después se le ocurrió a alguien enviar los pescados en
vagones de tren convertidos en gigantescas peceras de agua salada. Los bacalaos
llegaban vivos, pero al cocinarlos perdían su sabor y su textura natural.
Entonces
un investigador descubrió que el enemigo natural del bacalao es el bagre o pez
gato. Así que colocaron algunos bagres en los tanques junto a los bacalaos. Los
bagres perseguían a los bacalaos durante todo el trayecto hasta la costa oeste.
De allí en adelante, al preparar a los bacalaos, estos conservaban su sabor y
textura como los preparados en la costa este. Los bagres contribuyeron a que el
bacalao se conservara en buenas condiciones, haciendo que conservara su
frescura.
Ahora
conocemos un poco más el misterio de las pruebas, las luchas y el dolor que
afectan al cristiano. Dios no las produce. Las pruebas y los sufrimientos
tienen su origen en el mal que reina en el mundo y en Satanás, el originador
del mal. Pero Dios, como siempre, convierte el problema en una bendición. Los
propósitos de Satanás quedan frustrados y el cristiano se regocija en lugar de
llorar cuando comprende y ve los resultados de las pruebas.
Por
eso es importante el texto de hoy. Nada hay extraño o incidental en las
pruebas.
Dios
está informado. Sabe lo que pasa. Pero a veces lo permite porque lo
necesitamos. No te sorprendas, entonces, si tienes problemas. ¡Ten ánimo! Dios
trabaja en la construcción de tu carácter. Estás en la escuela de Cristo. Te
matriculaste en el taller de acabados y control de calidad de Dios.
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