Este es el pacto que haré con ellos después
de aquel tiempo -dice el Señor-: Pondré mis leyes en su corazón, y las
escribiré en su mente.
Hebreos 10:16
Te
has preguntado alguna vez por qué algunas personas desarrollan una buena calidad
de vida, a pesar de que están rodeadas de circunstancias adversas? ¿Y por qué
otras, aun teniendo los vientos a favor, viven en forma miserable?
¿Por
qué algunos que reciben las mismas oportunidades viven derrotados; mientras que
otros tienen una vida rica y productiva? Aparentemente hay quienes saben sacar
jugo a la vida, y otros dejan que la vida les saque el jugo a ellos.
Nuestras
actitudes determinan en gran manera nuestra calidad de vida. Son las fuerzas
que nos orientan a la hora de enfrentar las demandas y los desafíos de la vida.
Nos valemos de ellas para interpretar la realidad, y esto es diferente para
cada persona.
Las
actitudes tienen componentes cognitivos y emotivos. Esto quiere decir que todas
nuestras actitudes tienen que ver con las experiencias vividas y con la
interpretación emotiva que hagamos de ellas. El apóstol Pablo, al escribir a
los romanos, les exhortó a renovar su entendimiento. Les dijo: “No se amolden
al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente.
Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta”
(Romanos 12:2).
Amiga,
si al hacer una análisis de tu vida te das cuenta de que está salpicada de
experiencias y emociones negativas, y que de algún modo afectan a tus actitudes
y a tu conducta presente, recuerda que Dios puede transformar tu mente para que
veas desde una perspectiva diferente tu pasado, y no sea un lastre que te
impida disfrutar de la vida y esperar del futuro lo mejor. El consejo divino
para este día es: “Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que
debían quitarse -el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por
los deseos engañosos; ser renovados en la actitud de su mente; y ponerse el
ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y
santidad” (Efesios 4:22-24).
Te
reto a que hagas de este día un cambio radical en tus actitudes negativas, para
que así te transformes en una mujer que agrade a Dios y sea un ejemplo digno de
imitar.
Tomado de Meditaciones Matutinas para la
mujer
“Aliento para cada día”
Por Erna Alvarado
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