viernes, 29 de noviembre de 2013

DIEZ MIL HORAS DE PRÁCTICA

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En total, Enoc vivió trescientos sesenta y cinco años, 
y como anduvo fielmente con Dios, un día desapareció porque Dios se lo llevó
 (Génesis 5:23,24).

Ayer te dije que uno de los factores más importantes para llegar a ser un “fuera de serie” es practicar durante diez mil horas. En la década de 1990, el psicólogo K. Anders Ericsson y dos colegas suyos realizaron un estudio en una academia de música de élite en Berlín, Alemania. Con la ayuda de los profesores, dividieron a los estudiantes de violín en tres grupos. En el primero estaban las estrellas que podían llegar a ser solistas de clase mundial. En el segundo estaban los que eran “buenos”, pero no como los primeros. En el tercer grupo estaban los que, probablemente, no tocarían profesionalmente pero podrían ser maestros en el sistema de educación pública. A los estudiantes de los tres grupos les hicieron la misma pregunta: ¿Cuántas horas has practicado durante toda tu carrera desde que tomaste el violín por primera vez?

Todos los estudiantes habían empezado más o menos al mismo tiempo, a los cinco años de edad. Durante sus primeros años practicaban más o menos lo mismo, dos o tres horas por semana. Las diferencias se empezaron a notar después de los ocho años. Los mejores tocaban seis horas por semana a los nueve años, ocho horas a los doce, dieciséis horas a los catorce, treinta horas a los veinte. De hecho, a los veinte años, todos los del primer grupo habían acumulado diez mil horas de práctica. En contraste, los del segundo grupo solamente ocho mil horas y los del tercer grupo cuatro mil.

¿Qué podríamos decir de Mozart, el niño prodigio por excelencia? La realidad es que nació en una familia de músicos y empezó a tocar y ejecutar desde muy temprano. De hecho, el crítico de música Harold Schonberg dice que Mozart se desarrolló lentamente porque no compuso sus mejores obras sino hasta que llevaba veinte años componiendo música.

El neurólogo Daniel Levin dice que diez mil horas de práctica es lo que se necesita para ser un experto en cualquier área: deportes, literatura, arte, entre otras áreas. Me gustaría que imaginaras qué pasaría si aplicaras el mismo principio a tu vida espiritual. Imagínate que hicieras el experimento de “practicar” tu relación con Cristo durante diez mil horas, incluirlo conscientemente en las decisiones que tomas a diario e invitarlo a acompañarte dondequiera que vayas. Te convertirías en una persona “fuera de serie” como Enoc. ¿Por qué no comenzar ahora mismo?

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Por Félix Cortez

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