El siguiente día de reposo se juntó casi toda la ciudad
para oír la
palabra de Dios.
Hechos 13:44.
El mensaje del
tercer ángel de Apocalipsis 14 debe proclamarse ahora no solo en las tierras
lejanas, sino también en los lugares descuidados cercanos, donde moran multitudes
sin advertencia y sin salvación. Dios llama a su pueblo, en esta hora, a una
obra postergada por mucho tiempo. Deben hacerse esfuerzos decididos por
iluminar a los que nunca han sido advertidos. La obra en las ciudades debe
considerarse de importancia especial ahora. Deben seleccionarse cuidadosamente
obreros que trabajen de dos en dos en las ciudades, en armonía con el consejo
de líderes experimentados y bajo la dirección y la comisión de Jesucristo.
Dios desea que
su pueblo trabaje en perfecta armonía en un esfuerzo por llevar la verdad a las
ciudades. Tengo la orden de mantener este asunto ante la atención de los
creyentes hasta que despierten a la comprensión de su importancia.
Que ningún
labio imprudente pronuncie palabras de desánimo, sino que todos los que
ostentan responsabilidad se unan para planificar el cumplimiento de esta obra,
sabiendo que Aquel que ha guiado a sus siervos hasta aquí, no les fallará en
esta hora de necesidad especial. Los ángeles de Dios irán delante de los
obreros, y serán su suficiencia. Habrá ángeles en las asambleas para
impresionar los corazones de los oidores…
Las labores de
los apóstoles en la iglesia cristiana primitiva eran caracterizadas por
manifestaciones maravillosas del poder de Dios en la vida de los creyentes.
Por medio de
la inspiración del Espíritu Santo, multitudes llegaron al conocimiento de la
verdad que está en Jesús. Las necesidades del mundo hoy no son menores de lo
que eran en los días de los apóstoles. Los que trabajan por las almas en estos
tiempos de impenitencia e incredulidad deben rendirse totalmente a Dios, y
obrar unidos a los intelectos celestiales. El poder del Espíritu Santo
acompañará las labores de quienes dedican sus energías y su todo sin reservas a
la terminación de la obra que debe lograrse en los últimos días. Los ángeles
del cielo cooperarán con ellos, y muchos serán traídos a un conocimiento de la
verdad y echarán su suerte gustosamente con el pueblo de Dios que guarda sus
Mandamientos. Los medios fluirán a la tesorería, se levantarán obreros fuertes,
se entrará en los campos no advertidos de las grandes regiones lejanas, y la
obra pronto culminará en triunfo - Review and Herald, 7 de abril de 1910.
Tomado de Meditaciones Matutinas para
adultos
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White
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