No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles,
hasta que
hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios.
Apocalípsis 7:3.
El sello de
Dios, la muestra o señal de su autoridad, se encuentra en el cuarto
Mandamiento. Este es el único precepto del Decálogo que señala a Dios como el
Creador de los cielos y la tierra, y que claramente distingue al Dios verdadero
de todos los dioses falsos. A lo largo de las Escrituras se cita el hecho de
que el poder creador de Dios es la prueba de que él está por encima de todas
las deidades paganas.
El día de
reposo prescrito por el cuarto Mandamiento fue instituido con el objetivo de
conmemorar la obra de la creación, para mantener las mentes de todos enfocadas
en el Dios vivo y verdadero. Si se hubiera observado siempre el sábado, nunca
habría existido un idólatra, un ateo o un pagano. La observancia sagrada del
día santo de Dios habría conducido la mente de hombres y mujeres hacia su
Creador. Las cosas de la naturaleza les habrían recordado a Dios, y habrían
testificado de su poder y su amor. El día de reposo del cuarto Mandamiento es
el sello del Dios viviente. Señala a Dios como el Creador, y es la señal de su
autoridad legítima sobre todos los seres que él ha creado.
Entonces, ¿qué
es la marca de la bestia, si no el día falso de reposo que el mundo ha aceptado
en lugar del verdadero?
La declaración
profética de que el papado habría de exaltarse sobre todo aquello que responde
al nombre de Dios o recibe adoración, ha sido cumplida sorprendentemente en el
cambio del día de reposo del séptimo al primer día de la semana. Cada vez que
se honra el día de reposo papal en lugar del día de reposo de Dios, se exalta
al hombre de pecado por encima del Creador del cielo y de la tierra.
Quienes
aseguran que Cristo cambió el día de reposo contradicen directamente sus
propias palabras. En el Sermón del Monte, él declaró: “No penséis que he venido
para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para
cumplir” (Mateo 5:17)…
Los católicos
reconocen que el cambio en el día de reposo fue hecho por su iglesia, y citan
este cambio como evidencia de la autoridad suprema de esta iglesia.
Declaran que al
observar el primer día de la semana como el día de reposo, los protestantes
reconocen su autoridad para legislar en los asuntos divinos…
Según gana
favor la institución dominical, él [el papista] se regocija, sintiéndose
confirmado en que tarde o temprano traerá a todo el mundo protestante bajo la
bandera de Roma - Signs of the Times, 1 de noviembre de 1899.
Tomado de Meditaciones Matutinas para
adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White
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