Ellos leían con claridad el libro de la ley de Dios y lo interpretaban
de modo que se comprendiera su lectura (Nehemías 8:8).
Ayer te conté
cómo Lutero, con sus cantos, transformó la sociedad de su tiempo.
¿Cómo podemos
hacer hoy para esparcir el evangelio con más efectividad? Las estrategias que
siguió nos sugieren dos principios importantes.
Lutero
comprendió cómo era la sociedad de su tiempo. Se ha dicho que el invento de la
imprenta aceleró la propagación de la Reforma, pero el canto fue un factor
todavía más importante. Los libros eran objetos escasos y muy costosos. En la
práctica, los libros se leían en voz alta en reuniones públicas y a menudo
seguían discusiones en las casas, los hostales y otros lugares públicos o privados.
El canto tenía el poder adicional de ayudar a la memorización y era parte de la
tradición de heraldos que propagaban las noticias.
Familiaridad.
Lutero sabía que la herramienta para propagar el evangelio tenía que ser
eficiente y práctica. Así que tomó las melodías conocidas que casi todos habían
escuchado y sustituyó la letra trivial o secular de esos cantos por el
evangelio. De esta manera, logró hablar al corazón de las personas porque ya
amaban las melodías que cantaban.
Además, ayudó
a que la gente se interesara en lo que decía la letra más que en la melodía.
Nosotros
también debemos ser muy sabios cuando compartimos el evangelio. Si quieres
hablar de Cristo a un amigo, ponte a pensar en qué cosas son las más
importantes para él. ¿Cuáles son los medios y formas de comunicación que le
gusta utilizar? ¿Qué cosas son familiares para él y están cerca de su corazón?
Una vez que conozcas y entiendas a tu amigo, adáptate a él y comunícale el
evangelio de manera que lo pueda entender y amar.
Esto requiere
que lo escuches con atención y después te prepares para hablar su “idioma”.
Eso hicieron
Esdras y los levitas cuando explicaron la ley al pueblo en la época de
Nehemías.
Interpretaban
el mensaje para que la gente lo entendiera. Si lees Nehemías 8:9 encontrarás
que la lectura de la ley causó una impresión tan fuerte que la gente se puso a
llorar. Pide a Dios que te dé sabiduría para entender a tus amigos y
comunicarles el evangelio de manera que toque su corazón. Recuerda que tienes
un lugar asignado.
Lecturas
Devocionales para Jóvenes
¿Sabías qué..?
Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix Cortez
No hay comentarios.:
Publicar un comentario