viernes, 22 de noviembre de 2013

LA CAÍDA DE LOS ITZAJES - 2

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Con respecto a la vida que antes llevaban, 
se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos; ser renovados en la actitud de su mente; 
y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad 
(Efesios 4:22-24).

¿Podían los profetas mayas realmente predecir el futuro? Un análisis cuidadoso revela que, realmente, no.

Los mayas consideraban que el tiempo era cíclico y que cada era tenía su propio carácter y personalidad. Por eso, cada una tenía su propio ídolo, su propio sacerdote y sus propias profecías. El carácter y las profecías de cada una determinaban acontecimientos pasados. Las profecías consistían sencillamente en una reflexión sobre la historia. Esto quiere decir que en gran medida los mayas pensaban que los hechos de las eras pasadas se repetían cíclicamente en las subsiguientes.

Uno de los textos mayas más importante que nos queda es el Chilam Balam, que lleva el nombre de un famoso profeta. Este compendio de escritos describe la historia de las eras pasadas. Es muy interesante destacar que de las eras antiguas, 8 Ahau, la era de la profecía de 1697, describe grandes cambios y destrucción. De acuerdo con el Chilam Balam, Chichón Itzá, que hoy es un famoso sitio arqueológico de Yucatán, México, fue abandonada en la era 8 Ahau. De la misma manera, cuando el ciclo se cumple trece eras después (alrededor de 256 años), los itzajes vuelven a abandonar sus ciudades y se establecen en Chakán Putúm.

Un ciclo después, los itzajes la abandonaron. Todos estos abandonos sucedieron en la era 8  Ahau. Una cita del Chilam Balam es muy significativa en este sentido: “Este [el 8 Ahau] era siempre el katún [la era] cuando los itzajes iban debajo de los árboles, debajo de los arbustos, debajo de las enredaderas, para su desgracia”.

¿Te das cuenta? Los mayas eran prisioneros de su historia. No es que las profecías mayas predijeran acontecimientos del futuro al que los mayas no podían escapar, sino que eran una repetición del pasado que ellos estaban condenados a repetir.

Muchas veces Satanás utiliza esta estrategia con bastante éxito para nuestra perdición.

A menudo nos dejamos convencer de que si nuestra familia ha creído algo siempre, o ha tenido ciertas prácticas, entonces nosotros estamos obligados a hacer lo mismo. ¿Quién ha determinado que así sea? Otras veces pensamos que nuestros errores pasados tienen que determinar nuestro futuro. ¿Por qué? Dios compró tu vida en la cruz con su sangre para darte el derecho a escoger tu propio futuro. Que nadie te convenza de lo contrario.

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