miércoles, 27 de noviembre de 2013

UN REFLEJO DE CRISTO

Portada Desde el corazon
Vestíos del nuevo hombre, 
creado según Dios en la justicia
y santidad de la verdad. 
Efesios 4:24.

Dios espera para ver revelada en su pueblo una fe que obra por el amor y purifica el alma; porque únicamente esto los hará idóneos para la vida futura e inmortal. Debe hacerse una tremenda obra y hay poco tiempo para hacerla.

La causa necesita de mujeres y hombres convertidos y devotos, que dependan del Señor. El Señor revelará el poder de su gracia a través de tales obreros…

Mis hermanos y hermanas, dejen que la verdad de Dios more en su corazón por medio de una fe viva y santa. La verdad de la Biblia debe ser comprendida, antes que pueda convencer la conciencia y convertir la vida. El pueblo remanente de Dios debe ser un pueblo convertido. La presentación de este mensaje ha de resultar en la conversión y la santificación de las almas. Hemos de sentir el poder del Espíritu de Dios en este movimiento. Este es un mensaje maravilloso y definido; tiene un significado supremo para el receptor, y ha de proclamarse con un fuerte pregón. Debemos tener fe genuina y eterna en que este mensaje avanzará con importancia creciente hasta el cierre del tiempo.

Dios desea ver su semejanza reflejada en cada alma renovada. Él convertirá en colaboradores de Dios a quienes sigan mansos y humildes de corazón. Podría decirse que nuestros conflictos espirituales a menudo son rebeliones espirituales.

Lo que tan a menudo nos produce dificultades es la falta de sumisión del corazón a la voluntad de Dios. Queremos seguir nuestro propio camino, y a menudo esto representa una rebelión contra el camino de Dios. Necesitamos hacer como hizo Cristo: luchar con el Padre en oración, en busca de fuerza y de poder para darlo a conocer a él en nuestras palabras y acciones…

Nuestra vocación y el propósito de nuestra vida deben ser seguir las órdenes del Maestro e impulsar su obra en la tierra. Entonces habría un crecimiento hacia arriba, y el Espíritu Santo obraría en el corazón para transformar el carácter.

Un espíritu generoso se revelaría en bondad y en una consideración tierna por los demás. El yo se escondería con Cristo en Dios. Al contemplar el carácter de Cristo, seríamos transformados a su semejanza.

Abandonemos el yo y aceptemos a Jesucristo como el camino, la verdad y la vida. La fe en él es la única ciencia valiosa. Él es el representante viviente de la obediencia perfecta a la Palabra eterna - Review and Herald, 26 de agosto de 1909.
  
Meditaciones Matutinas para adultos
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White

No hay comentarios.:

Publicar un comentario