Lugar: Grecia
Palabra de Dios: Lucas 15:5,6
¿Alguna vez
perdiste algo que era importante para ti? Eso es lo que le sucedió a un hombre
de Gran Bretaña, mientras estaba de vacaciones en Grecia. El hombre había
decidido salir a nadar y, mientras volvía hacia la playa, prefirió nadar estilo
libre. Mientras nadaba, aspiraba y luego dejaba salir el aire, aspiraba,
espiraba. Y allí fue cuando se le salieron los dientes.
Su dentadura
postiza se hundió hasta el fondo del Mar Mediterráneo, y el hombre volvió a la
playa… sin dientes. Puedes imaginar cuánto extrañaba sus dientes, especialmente
a la hora de comer.
Unos pocos
días más tarde, tuvo que volverse a Inglaterra sin sus dientes.
Pero, la
historia no termina aquí. Un par de semanas más tarde, algunos pescadores de
Creta estaban recogiendo sus redes. Junto con la pesca de siempre, había una
dentadura postiza.
-Me parece que
vi a un hombre sin dientes en uno de los hoteles -señaló alguien-. Quizás estos
sean los de él.
Con la ayuda
de un agente de viajes, los pescadores encontraron al dueño y le devolvieron
sus dientes.
-Los recibí el
sábado -dijo el hombre-, y el almuerzo del domingo fue la mejor comida de mi
vida.
Piensa en lo
bien que te sientes cuando encuentras algo valioso que habías perdido. Esa es
la razón por la cual el pastor que encontró a su oveja perdida reunió a sus
vecinos para hacer una fiesta con ellos. La Biblia dice: “‘Y cuando la
encuentra, lleno de alegría la carga en los hombros y vuelve a la casa. Al
llegar, reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: ’Alégrense conmigo; ya
encontré la oveja que se me había perdido’”.
Lecturas Devocionales para Menores
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee Robinson
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