¡Qué hermosos son, sobre los montes,
los pies del que trae buenas
nuevas;
del que proclama la paz,
del que anuncia buenas noticias,
del que
proclama la salvación,
del que dice a Sión: “Tu Dios reina”!
(Isaías 52:7).
En la época de
Martín Lutero, el canto penetraba todos los aspectos de la vida y era
considerado el idioma universal del pueblo. Además de usarlo para el
entretenimiento, el juego o la danza, el canto tenía la función esencial de ser
el medio por el cual se propagaban las noticias. Estas las diseminaban
trovadores itinerantes que las cantaban en lugares públicos como las tabernas y
los mercados. Los trovadores usaban melodías conocidas o también baladas (algo
así como discursos cantados) para entregar su mensaje. Con frecuencia los
cantos empezaban con la expresión: “¡Vengan a escuchar las buenas noticias!”
El canto
también se utilizaba como propaganda. A principios del siglo XVI, cantos
políticos y parodias circulaban en forma de periódicos y se cantaban en lugares
públicos al tono de melodías conocidas. Una de las formas más populares eran
los llamados Volkslieder (cantos populares) y las Volksballaden (baladas
populares) muy comunes en los carnavales.
También
existían los Hoflieder (cantos de la corte) y Gesellschaftslieder (cantos
sociales) de los Meistersingern (maestros cantores), que eran de naturaleza más
refinada y usados en los estratos sociales más elevados.
Lutero, que
amaba la música y era cantante y laudista consumado, concibió la idea de usar
el canto para diseminar el evangelio. No solamente utilizó las formas elevadas
de los Meistersingern, sino que también empleó las formas populares y
familiares de los trovadores.
Ya fueran
propagandas, parodias, diseminación de noticias o relación de historias, Lutero
encontró en todos estos tipos de cantos una forma de compartir las buenas
nuevas y su éxito fue espectacular. Los cantos impresos en forma de panfletos
(o recopilados como himnarios), a menudo eran copiados sin autorización de los
impresores para satisfacer la demanda urgente del pueblo. Así, gracias a la
creatividad y el poder de los cantos de Lutero, el evangelio llegó a penetrar
todos los aspectos de la vida de la sociedad de su tiempo.
Dios también
necesita hoy personas creativas y apasionadas que encuentren nuevos medios para
predicar el evangelio. Los primeros adventistas utilizaron la prensa escrita y
las reuniones en el campo y bajo tiendas para influir en la sociedad de su
tiempo. Dios busca personas que encuentren nueves medios para diseminar las
buenas nuevas a todos.
Para que el
resto del mundo las escuche en sus casas, en el trabajo o donde quiera que
vayan.
¿Ya te
preparaste para aceptar el desafío?
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