martes, 12 de noviembre de 2013

MELODÍAS CHILLONAS

Portada Menores

Lugar: Michigan, EE.UU.

Palabra de Dios: Proverbios 17:20

Me daba cuenta, por la mirada en el rostro del señor Bowman, que no estaba feliz.

-Me gustaría que vuelvas a estudiar esta canción la próxima semana -me dijo.

Yo sabía que estaba en problemas. Cuando mi mamá se enterara, me haría practicar en el violín más que nunca. Decidí tomar el camino fácil. Cuando mi mamá me preguntó si me habían cambiado la lección, le respondí:

-Sí, por supuesto.

Era solo una pequeña mentirita blanca; nadie se enteraría.

Al día siguiente, abrí mi libro de violín Suzuki en la lección número diez, y comencé a practicar. Pero, antes de llegar al final del primer pentagrama, me di cuenta de que mi mamá me iba a preguntar por qué todavía estaba practicando la lección de la semana anterior. Rápidamente di vuelta la página, y ataqué la nueva canción.

Para el final de la semana, tenía lista la canción número once.

El único problema era que el señor Bowman no quería escuchar la canción número once; quería que yo tocara la número diez. Y, como no la había tocado durante toda la semana, mi clase fue un completo desastre. Pero, esta vez controlé la situación.

-Claro que la pasé -dije a mi mamá, con una sonrisa.

Así que, toda la semana practiqué la canción número doce, en lugar de la número diez. Una mentira llevó a otra, y pronto estaba practicando una canción nueva cada semana, mientras que mis clases de violín iban de mal en peor.

Todo terminó cuando mi mamá decidió acompañarme a la clase de violín, para escucharme tocar. Y, aunque no me gustó el sentimiento de ser atrapada en mis mentiras, me sentí aliviada de que mi montaña de mentiras se hubiera venido estrepitosamente abajo. Aprendí, de la manera difícil, que “el de lengua engañosa caerá en desgracia”. ¿Lo mejor?: simplemente, decir la verdad.

Lecturas Devocionales para Menores 2013
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee Robinson

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