Vi volar por en medio del cielo a otro ángel,
que tenía el evangelio
eterno para predicarlo
a los moradores de la tierra.
Apocalípsis 14:6.
El capítulo 15
de Apocalípsis bosqueja la obra que ha de hacer el pueblo de Dios poco antes de
la segunda venida de nuestro Salvador. Aquí se presentan tres mensajes que
deben ir a todos los habitantes del mundo.
Juan escribe
acerca de una escena en la cual vio volar “por en medio del cielo a otro ángel,
que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a
toda nación, tribu, lengua y pueblo… Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído,
ha caído Babilonia… Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si
alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su
mano, él también beberá del vino de la ira de Dios” (Apocalípsis 14:6-10).
Estos tres
ángeles representan a las personas que aceptan la luz de los mensajes de Dios y
salen como sus agentes a proclamar la advertencia a lo largo y lo ancho de la
tierra. Cristo declaró a sus seguidores: “Ustedes son la luz del mundo”. A cada
alma que acepta a Jesús, la cruz del Calvario le habla: “Ved el valor de un
alma”. “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Mar. 16:15).
No debe permitirse que nada entorpezca esta obra. Es la obra esencial para este
tiempo, y debe tener tanto alcance como la eternidad…
En este día
Dios ha llamado a su iglesia, según llamó al antiguo Israel, para que se
coloque como luz en la tierra. Por medio del poderoso cuchillo de la verdad
-los mensajes de los ángeles primero, segundo y tercero-, él ha separado un
pueblo de las iglesias y del mundo, para traerlos a una intimidad sagrada con
él.
Los ha hecho
depositarios de su Ley y les ha encomendado las grandes verdades de la profecía
para este tiempo; como los santos oráculos confiados al antiguo Israel, estas
son un legado sagrado que debe ser comunicado al mundo…
Respecto del
tema del conflicto, todo el cristianismo será dividido en dos grandes grupos:
quienes guardan los Mandamientos de Dios y la fe de Jesús, y los que adoran a
la bestia y su imagen y reciben su marca… El profeta de Patmos contempla a “los
que habían alcanzado la victoria sobre la bestia… con las arpas de Dios… Y
cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero” (Apocalípsis 15:2,3) —Signs of the Times, 25 de enero de 1910.
Tomado de Meditaciones Matutinas para
adultos
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White
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