viernes, 29 de noviembre de 2013

EL TEMPLO DE DIOS

Portada Desde el corazon
El templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es. 
1 Corintios 3:17.

La iglesia en la tierra es el templo de Dios, y ha de tomar proporciones divinas delante del mundo. Este edificio debe ser la luz del mundo. Debe estar compuesto por piedras vivas puestas estrechamente juntas, encajadas unas en otras con el fin de formar un edificio sólido. Todas estas piedras no tienen la misma forma ni dimensión. Algunas son grandes y otras son pequeñas, pero cada una tiene su propio lugar que llenar. En todo el edificio no debe haber ni una sola piedra mal adaptada. Cada una es perfecta. Y cada piedra es una piedra viva; una piedra que arroja luz. El valor de las piedras está determinado por la luz que reflejan sobre el mundo.

Ahora es el tiempo en que deben sacarse las piedras de la cantera del mundo para llevarlas al taller de Dios, con el fin de que sean cortadas, escuadradas y pulidas hasta que brillen. Este es el propósito de Dios, y él desea que todos los que profesan creer la verdad ocupen sus lugares respectivos en la obra grandiosa y admirable para este tiempo…

El designio divino es que su iglesia siempre avance en pureza y conocimiento, de luz a luz, de gloria a gloria… Su iglesia es el escenario de la vida santa, llena de dones variados y dotada del Espíritu Santo. El Cielo asigna a la iglesia sobre la tierra deberes apropiados, y los miembros han de encontrar su felicidad en la felicidad de las personas a quienes ayudan y bendicen.

A lo largo de las épocas de oscuridad moral, a lo largo de siglos de luchas y persecución, la iglesia de Cristo ha sido una ciudad situada sobre un monte.

En todas las épocas, a lo largo de generaciones sucesivas hasta el presente, las doctrinas puras de la Biblia se han revelado dentro de sus confines. La iglesia de Cristo, por debilitada y defectuosa que parezca, es el único objeto sobre la tierra al cual él confiere en un sentido especial su amor y cuidado. La iglesia es el teatro de su gracia, en el cual él se deleita en efectuar experimentos de misericordia en los corazones humanos.

La iglesia es la fortaleza de Dios, su ciudad de refugio que él defiende en un mundo en rebelión. Cualquier abuso de su confianza sagrada es una traición contra Aquel que la ha comprado con la sangre preciosa de su Hijo unigénito.

En el pasado, almas fieles han constituido la iglesia sobre la tierra, y Dios los ha tomado en una relación de pacto consigo mismo, uniendo a la iglesia en la tierra con la iglesia en el cielo. Ha enviado a sus santos ángeles a ministrar a su iglesia, y las puertas del infierno no han podido prevalecer contra ella - Review and Herald, 4 de diciembre de 1900; también se encuentra en En los lugares celestiales, p. 281.

Meditaciones Matutinas para adultos
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White

No hay comentarios.:

Publicar un comentario