jueves, 21 de noviembre de 2013

EL PERDÓN NO ES IMPOSIBLE

Portada Desde el corazon
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial. 
Mateo 6:14.

Cristo nos enseñó a orar: “Perdona nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores” (Mateo 6:12). Pero, incluso para los que aseveran ser seguidores de Jesús es muy difícil perdonar como él perdonó. El verdadero espíritu del perdón es tan poco practicado, y se interpreta de tantas maneras el requisito de Cristo, que se han perdido de vista su fuerza y su belleza.

Tenemos perspectivas muy inciertas de la gran misericordia y el cariño de Dios. Él está lleno de compasión y perdón, y perdona libremente cuando nos arrepentimos de verdad y confesamos nuestros pecados… Debemos integrar en nuestro carácter el amor y la simpatía expresados en la vida de Cristo…

Si hemos recibido el don de Dios y tenemos un conocimiento de Jesucristo, tenemos una obra que hacer por los demás. Debemos imitar la paciencia de Dios con nosotros. El Señor requiere de nosotros que demos a sus seguidores el mismo trato que recibimos de él. Hemos de ejercer paciencia y ser amables, aunque no cumplan nuestras expectativas. El Señor espera que seamos piadosos y cariñosos; que tengamos corazones llenos de simpatía. Desea que mostremos los frutos de la gracia de Dios en nuestro comportamiento para con otros.

Cristo no dijo: Pueden tolerar a su prójimo, sino: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39). Esto significa mucho más que lo que los profesos cristianos llevan a cabo en su vida diaria…

Cristo procede a enseñar que los principios de la Ley de Dios incluso alcanzan las intenciones y los propósitos de la mente. Y declara llanamente que si mantenemos fielmente los diez preceptos, amaremos a nuestro prójimo como a nosotros mismos…

Una vida religiosa consistente, una santa conversación, un ejemplo piadoso, una benevolencia sincera, marcan a los representantes de Cristo. Se esforzarán por sacar a los pecadores como ascuas del fuego; cumplirán todo deber fielmente. Así se convertirán en un fanal de luz.

Lector, estamos cerca del juicio. Se nos han confiado talentos. Que ninguno de nosotros sea condenado como siervo holgazán. Envíe las palabras de vida a los que están en tinieblas. Que la iglesia sea leal a su cometido. Sus oraciones fervientes y humildes harán efectiva la presentación de la verdad, y Cristo será glorificado - Review and Herald, 19 de mayo de 1910.

Tomado de  Meditaciones Matutinas para adultos
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White

No hay comentarios.:

Publicar un comentario