Hubo un hombre enviada de Dios,
el cual se llamaba Juan.
Juan 1:6.
El nacimiento
de Juan el Bautista había sido predicho por los profetas, y un ángel fue
enviado para notificar a Zacarías del suceso. El mensajero celestial le encargó
especialmente al padre que criara al hijo con hábitos estrictos de temperancia…
Juan no se
sentía suficientemente fuerte para soportar la gran presión de las tentaciones
que habría encontrado al mezclarse con la sociedad. Temía que su carácter fuera
moldeado según las costumbres prevalecientes de los judíos, y decidió separarse
del mundo y hacer su hogar en el desierto… Lejos de sentirse solo, pesaroso o
deprimido, disfrutaba de su vida de sencillez y aislamiento, y sus hábitos
temperantes mantenían sus sentidos puros…
Juan tenía que
desempeñar una obra especial para Dios. Debía tratar con los pecados y las
insensateces del pueblo. A fin de prepararse para esta obra pública importante,
debía calificarse en privado, al buscar conocimiento celestial.
Debía meditar
y orar, y familiarizarse con las profecías y la voluntad de Dios por medio del
estudio. Apartado del ajetreado mundo, cuyos intereses y placeres seductores
habrían desviado su mente y pervertido sus pensamientos e imaginación, estaba
recluido con Dios y con la naturaleza… Gracias a sus hábitos estrictos de
temperancia, se aseguraba la salud física, mental y moral…
Juan se
acostumbró a las privaciones y las estrecheces, para poder sostenerse entre el
pueblo de forma tan inmune a las circunstancias como las rocas y las montañas
del desierto que lo habían rodeado durante treinta años. Ante él se encontraba
una gran obra; y era necesario que formara un carácter que no fuera desviado de
lo correcto y del deber por ninguna influencia circundante…
Juan fue un
ejemplo para… las personas de estos días finales, a quienes se han encomendado
verdades importantes y solemnes. Dios desea que sean temperantes en todas las
cosas. Desea que vean la necesidad de negar el apetito, de mantener las
pasiones bajo el control de la razón. Se necesita esto para que tengan la
fuerza mental y la claridad para discernir entre el bien y el mal, entre la
verdad y el error. Hay una tarea para todos… en la viña del Señor, y él desea
que se preparen para jugar un papel útil - Youth’s Instructor, 7 de enero de
1897.
Meditaciones Matutinas para adultos
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White
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