lunes, 2 de diciembre de 2013

EL EJEMPLO DE JUAN EL BAUTISTA

Portada Adultos
Hubo un hombre enviada de Dios,
 el cual se llamaba Juan. 
Juan 1:6.

El nacimiento de Juan el Bautista había sido predicho por los profetas, y un ángel fue enviado para notificar a Zacarías del suceso. El mensajero celestial le encargó especialmente al padre que criara al hijo con hábitos estrictos de temperancia…

Juan no se sentía suficientemente fuerte para soportar la gran presión de las tentaciones que habría encontrado al mezclarse con la sociedad. Temía que su carácter fuera moldeado según las costumbres prevalecientes de los judíos, y decidió separarse del mundo y hacer su hogar en el desierto… Lejos de sentirse solo, pesaroso o deprimido, disfrutaba de su vida de sencillez y aislamiento, y sus hábitos temperantes mantenían sus sentidos puros…

Juan tenía que desempeñar una obra especial para Dios. Debía tratar con los pecados y las insensateces del pueblo. A fin de prepararse para esta obra pública importante, debía calificarse en privado, al buscar conocimiento celestial.

Debía meditar y orar, y familiarizarse con las profecías y la voluntad de Dios por medio del estudio. Apartado del ajetreado mundo, cuyos intereses y placeres seductores habrían desviado su mente y pervertido sus pensamientos e imaginación, estaba recluido con Dios y con la naturaleza… Gracias a sus hábitos estrictos de temperancia, se aseguraba la salud física, mental y moral…

Juan se acostumbró a las privaciones y las estrecheces, para poder sostenerse entre el pueblo de forma tan inmune a las circunstancias como las rocas y las montañas del desierto que lo habían rodeado durante treinta años. Ante él se encontraba una gran obra; y era necesario que formara un carácter que no fuera desviado de lo correcto y del deber por ninguna influencia circundante…

Juan fue un ejemplo para… las personas de estos días finales, a quienes se han encomendado verdades importantes y solemnes. Dios desea que sean temperantes en todas las cosas. Desea que vean la necesidad de negar el apetito, de mantener las pasiones bajo el control de la razón. Se necesita esto para que tengan la fuerza mental y la claridad para discernir entre el bien y el mal, entre la verdad y el error. Hay una tarea para todos… en la viña del Señor, y él desea que se preparen para jugar un papel útil - Youth’s Instructor, 7 de enero de 1897.

Meditaciones Matutinas para adultos
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White

No hay comentarios.:

Publicar un comentario