martes, 3 de diciembre de 2013

CATARATAS DE PECES

Portada Menores
Lugar: Filipinas

Palabra de Dios: Efesios 6:1

Juan lanzó su pelota azul, de goma, al aire, miró como rebotaba en el cielorraso y la atrapó cuando descendía.

-Por favor, no juegues con eso en la casa -le dijo su mamá, mientras se dirigía hacia la cocina para ayudar a la tía con la cena.

El chico se sentó por un momento, y miró el enorme acuario que había en un rincón de la sala. Miró cómo nadaban los peces de un lado para el otro. La pecera tenía tres peces grandes, uno blanco con manchas grises y dos anaranjado brillante. También, contó diez peces más pequeños, de color azul, verde y amarillo, nadando y escondiéndose detrás de las plantas plásticas.

Luego de algunos minutos, Juan nuevamente estaba aburrido. Comenzó, entonces, a tirar la pelota contra el piso, solo para recordar que su mamá le había dicho que no juga a con ella dentro de la casa.

Se detuvo un momento. Luego, pensó: “Si la tiro una vez, no va a pasar nada”; y arrojó la pelota al aire.

Debió haberla tirado más fuerte que antes, porque rebotó con más fuerza en el techo. Cuando la pelota caía, Juan se estiró para capturarla, pero erró. La pelota rebotó en el piso, pasó al lado de sus dedos extendidos y golpeó el cielorraso nuevamente.

-No -dijo Juan, en voz alta.

Con horror, vio cómo la pelota se dirigía al acuario. Luego, oyó el sonido de vidrio que se rompía, seguido por doscientos litros de agua que caían sobre el piso de madera. Las piedrecitas que cubrían el fondo de la pecera cayeron al suelo con un golpe, y rebotaron en todas direcciones. Los peces comenzaron a saltar por todas partes.

La mamá y la tía de Juan corrieron a atrapar los peces resbalosos y a meterlos en un balde con agua. Había mucho vidrio y agua para limpiar. ¡La sala era un lío tremendo! Juan descubrió, de una manera difícil, que obedecer a su mamá y a su papá era una buena idea. Pero, nosotros podemos aprender de su error. La Biblia dice: “Hijos, obedezcan en el Señor a sus padres, porque esto es justo”.

Lecturas Devocionales para Menores
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee Robinson

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