domingo, 8 de septiembre de 2013

TIMOTEO


Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. 1 Timoteo 4:12.

La Palabra de Dios era la regla que guiaba a Timoteo... Las instructoras en su hogar cooperaron con Dios para educar a este joven con el propósito de llevar las responsabilidades que le llegarían a una edad temprana.

Timoteo era solo un joven cuando fue escogido por Dios como maestro. Pero, sus principios habían sido tan bien establecidos por una educación correcta que era digno de ser un maestro cristiano en conexión con Pablo, el gran apóstol a los gentiles. Y aunque era joven, llevó sus responsabilidades con mansedumbre cristiana. Era fiel, constante y sincero, y Pablo lo eligió como su compañero de trabajo y de viajes, para que tuviera el beneficio de la experiencia del apóstol en la predicación del evangelio y en el establecimiento de las iglesias.

Pablo amaba a Timoteo porque Timoteo amaba a Dios. El gran apóstol a menudo lo buscaba y lo interrogaba respecto de la historia en las Escrituras. Le enseñó la necesidad de rechazar toda maldad, y le dijo que la bendición ciertamente acompañaría a todos los que fueran fi eles y honestos, y les daría una virilidad noble...

Las palabras del apóstol Pablo poco antes de su muerte fueron: “Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (2 Timoteo 3:14, 15)...

Pablo podía escribir esto con tranquilidad porque Timoteo no exhibía un espíritu de autosuficiencia. Trabajaba en conexión con Pablo, buscaba su consejo e instrucción. No funcionaba por impulso. Ejercía la consideración y un pensamiento calmado, y se preguntaba a cada paso: “¿Será este el camino del Señor?”...

“Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren” (1 Timoteo 4:16).

El encargo dado a Timoteo debe ser tenido en cuenta en cada hogar, y debe convertirse en un móvil de la educación en cada familia y cada escuela – Youth’s Instructor, 5 de mayo de 1898.

Tomado de  Meditaciones Matutinas para adultos 2013
"Desde el corazón"

Por Elena G. de White

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