Lugar: Filipinas
Palabra de Dios: 2 Pedro 3:9
No
tuvimos problemas en seguir los rastros dejados por nuestro maestro. Pero, una
media hora más tarde, nos dimos cuenta de que algo andaba mal. Ya no nos
llegaba la luz del sol, por lo espeso de las hojas que estaban encima de
nosotros, y hacía rato que no veíamos ninguna señal. Debíamos haber pasado por
alto alguna, a lo largo del camino.
Aunque
nos dábamos cuenta de que estábamos yendo en la dirección equivocada, Jason y
yo seguimos avanzando por la selva, hasta que llegamos a una pendiente muy
pronunciada, que bajaba. Jason se ofreció a ir adelante y explorar el camino.
Yo miraba cómo se abría paso con cuidado, hasta que los pastos lo escondieron
de mi vista.
Segundos
más tarde, lo oí trepando de vuelta y gritando:
-¡Corre!
“¡Corre!”
es la única palabra que dijo, pero yo no me detuve a hacer preguntas. Corrí
detrás de él tan rápido como me llevaban las piernas. Seguí corriendo y
corriendo, sin saber por qué, y demasiado asustada como para preguntar.
Corrimos por la selva durante largo rato, evitando la vegetación y tratando de
desandar nuestros pasos.
Afortunadamente,
encontramos la señal que no habíamos visto, y pronto estábamos nuevamente en el
camino correcto.
Cuando
finalmente salimos a un claro, el señor Boughman nos estaba esperando. Aunque
había estado preocupado por nosotros, no nos retó por habernos demorado tanto.
Él estaba contento porque estábamos de regreso y a salvo.
¿Sabes?
A veces, cuando seguimos las señales, las guías que Dios nos ha dado en su
Palabra, nos desviamos del camino correcto. Si seguimos en la dirección
equivocada, podemos metemos en grandes problemas. Pero, la buena noticia es que
si reconocemos nuestro error y nos volvemos a Dios, él siempre está listo y dispuesto
a recibimos otra vez. La Biblia dice: “El Señor no tarda en cumplir su promesa,
según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes,
porque no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan”
Lecturas
Devocionales para Menores 2013
En algún lugar del
Mundo
Por Helen Lee Robinson
No hay comentarios.:
Publicar un comentario