jueves, 12 de septiembre de 2013

UN REMEDIO ANTIGUO PARA UNA ENFERMEDAD ACTUAL


Así que recomiendo, ante todo, que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos, especialmente por los gobernantes y por todas las autoridades, para que tengamos paz y tranquilidad, y llevemos una vida piadosa y digna (1 Timoteo 2:1,2).

La vida nos somete a grandes aflicciones, pero Dios ha provisto un remedio para aliviar la tensión que nos producen. Esto queda ilustrado con la experiencia de Leonard Mulcahy.

Trabajaba en el Centro de Rehabilitación Psiquiátrica de la Universidad de Boston, en Massachusetts, e impartía cursos de aptitud física, bienestar y recuperación. En un artículo publicado en Psychiatric Rehabilitation Journal habló de los días felices de su niñez y de su cariñosa familia. Decía que estaba mentalmente sano, practicaba deporte y tenía muy buenas relaciones con sus amigos y familiares.

Pero mientras estudiaba en la universidad comenzó a experimentar síntomas de depresión.

Pasó por momentos depresivos, soledad, ideas suicidas y hasta paranoia. Pero la oración fue el punto de apoyo de su vida. Al contar su historia dijo: “Dediqué mucho tiempo a orar [...]. Oré por la gente que tenía necesidades y por personas que estaban en la calle sin hogar. La oración fue la salvación de mi vida y me ayudó a encontrar un lugar para mí en este mundo”.

Cuando los síntomas de la depresión comenzaron a aparecer, Leonard dijo a su terapeuta que estaba demasiado enfermo para orar. Pero ella lo animó a orar de todas maneras y alimentar su vida espiritual. Leonard trabajó como voluntario en un comedor de beneficencia y participó regularmente en círculos de oración. Concluye su testimonio diciendo: “A lo largo de mi experiencia, con muchas pruebas y tribulaciones, la oración me sostuvo avanzando por el camino correcto de la integridad espiritual en lugar de la autodestrucción y la muerte [...]. La oración me permitió estar plenamente vivo y espiritualmente despierto, y eso fue lo principal”.

La antigua enfermedad del dolor y la tristeza humana se ha actualizado. Ahora se llama “depresión” porque ha adquirido nuevas manifestaciones físicas y espirituales. Pero Dios tiene el mismo remedio que siempre ha prescrito para esta enfermedad: la ayuda divina que podemos obtener por medio de la oración. ¿Qué esperas? Abre un espacio de tu tiempo y ten un encuentro con Dios. Necesitas convivir más con tu Padre celestial y conocerlo.

Eso puede provocar un gran cambio en tu vida.

Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
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Por Félix Cortez

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