Eliseo inmediatamente dejó todo para
comenzar su ministerio. Su partida no fue con lamentación ni remordimientos
amargos. Hicieron una fiesta en su casa, en celebración del honor conferido a
uno de la familia. ¿Y cuál fue la primera tarea de Eliseo? Encargarse de las
cosas pequeñas y hacerlas con vigor. Era el asistente personal del profeta. Se
menciona que derramaba agua en las manos de Elías, su señor.
Después de que Eliseo había servido al
profeta por algún tiempo, fue llamado a ocupar su lugar de primera importancia.
Nadie en su tiempo sería superior a él. Había trabajado bajo Elías como un
aprendiz, y llegó el momento en que el jefe principal fue quitado y su
subalterno tomó su posición al frente. Y al igual que Elías estaba preparado a
fi n de ser trasladado, Eliseo estaba preparado para convertirse en su sucesor,
como un profeta...
Había una escuela de los profetas en Gilgal,
Betel y Jericó. Elías deseaba visitar estos lugares importantes antes de partir.
Su espíritu se alegró cuando, dirigido por Dios, se le permitió ver las
escuelas de los profetas y la obra que se efectuaba en esas instituciones: una
educación que mantenía continuamente ante los estudiantes las maravillosas
obras de Dios, y que magnificaba la Ley de Dios y la honraba...
En cada ocasión en que Elías pidió a Eliseo
que quedara en un lugar, este tuvo la oportunidad de separarse del profeta. “Te
ruego que te quedes aquí”, le dijo Elías. Así fue probada la fe de Eliseo vez
tras vez. Pero cuando araba en el campo, Eliseo había aprendido a no rendirse
al desánimo. Ahora había colocado su mano sobre el arado en otra obra, y no
fracasaría ni se desanimaría. Cada vez que se le dio la invitación para
volverse, declaró: “Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré” (2 Reyes
2:6)...
De ahí en adelante, Eliseo tomó el lugar de
Elías... El requisito mayor para cualquier persona en un cargo de confianza es
la obediencia implícita a la Palabra de Dios... Eliseo había puesto su mano en
el arado, y no miraría hacia atrás. Reveló su determinación y su firme
dependencia de Dios.
Debemos estudiar cuidadosamente esta
lección. No debemos apartarnos en ningún caso de nuestra lealtad... La Palabra
de Dios ha de ser nuestra consejera. Dios solo escogerá a quienes le rinden una
obediencia perfecta y concienzuda – Youth’s Instructor, 28 de abril de 1898.
Tomado de Meditaciones Matutinas para
adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White
Por Elena G. de White
No hay comentarios.:
Publicar un comentario