martes, 10 de septiembre de 2013

RASTROS EN LA SELVA PRIMERA PARTE


Lugar: Filipinas

Palabra de Dios: Isaías 48:17

Durante sexto grado, mi amigo Jason y yo estudiamos cómo seguir rastros en la naturaleza. Aprendimos a usar piedras, hojas, ramas y otros objetos naturales como guías y señales. Cuando estuvimos listos, nuestro maestro, el señor Boughman, nos llevó al comienzo de un sendero, para probar nuestro conocimiento. Luego, él se adelantó para poner señales en el sendero, a fin de que nosotros las siguiéramos.

Quince minutos después, Jason y yo estábamos siguiendo ansiosamente sus pisadas.

-Allí está nuestra primera señal -dije yo, señalando algunas piedras que estaban delante de nosotros.

Nos apresuramos hasta el montón de piedras, y nos agachamos para estudiar la manera en que el señor Boughman las había ubicado.

-Hummm… Dos piedras aquí y una acá -dijo Jason en voz alta-. Se supone que doblemos a la izquierda.

Nos dirigimos hacia la izquierda, hacia un senderito pequeño. Y seguimos caminando, yendo más lento cuando teníamos que trepar sobre troncos caídos.

Unos minutos más tarde, vimos la siguiente señal: un montón de hojas amontonadas con la forma de una flecha. Significaba que debíamos doblar nuevamente a la izquierda. Luego, vimos tres piedras amontonadas una arriba de la otra.

-Eso significa que debemos seguir por este sendero -dije.

Avanzamos valientemente por la selva, buscando las señales que el señor Boughman había dejado detrás de él. Cruzamos ramas caídas y malezas muy crecidas, que casi cubrían por completo el angosto sendero. Sin esas señales, Jason y yo nunca podríamos haber encontrado el camino por nosotros mismos.

Es bueno seguir los pasos de alguien que ha caminado delante de ti. Especialmente, cuando esa persona es Jesús. Él no nos abandonó para que deambuláramos indefensos, sino que nos ha dejado señales en su Palabra. Si seguimos su dirección, permaneceremos en el camino correcto, porque “esto es ¡o que dice el Señor, tu Redentor, e¡ Santo de Israel: Yo soy el Señor tu Dios, que te enseña lo que te conviene, que te guía por el camino en que debes andar”.

Lecturas Devocionales para Menores 2013
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee Robinson

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