Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas
que tú no sabes.
(Jeremías 33:3).
ACTS
2000 Manila fue la primera de las diez grandes series de evangelización vía
satélite que el programa de televisión adventista Escrito está programó para el
año 1999 en todo del mundo. Esas series de reuniones eran el cumplimiento de
los sueños del equipo y, en realidad, un plan muy ambicioso.
ACTS
2000 produciría una serie completa de presentaciones del evangelio de Cristo
vía satélite con traducción a múltiples idiomas y miles de iglesias a través de
todo el mundo.
Durante
los preparativos para el acontecimiento, se recibió un mensaje urgente en las
oficinas centrales. En Miracle Factor [El factor milagro], Kandus Thorp
reproduce la tensa situación: “Necesitamos la urgente e inmediata intervención
de Dios a favor de ACTS 2000
Manila.
Esta es la situación: ‘El programa comienza el viernes por la noche, con una
prueba de la transmisión programada para la noche del jueves. En este momento
son las 2:00 p.m., del miércoles. El equipo llegó el miércoles de la semana
pasada, hace ocho días, pero debido a los días festivos no pudimos iniciar el
trámite para sacarlo de la aduana hasta el lunes.
A
pesar de todo lo que hemos hecho, todavía no hemos tenido éxito. El gobierno
filipino pide 330.000 dólares de depósito por la importación temporal’”, ¿Cómo
intervendría Dios en Manila en un tiempo tan breve? El pastor Mark Finley y el
equipo de Escrito está, junto con los líderes de la División Asia-Pacífico Sur,
pidieron a Dios que abriera el camino. Centenares de iglesias por toda la
División habían instalado antenas parabólicas y estaban listas para la serie de
evangelización vía satélite que iba a durar catorce días. En lugares tan
lejanos como Corea, Japón, China, Guam e Indonesia, esperaban ansiosos la
transmisión de los programas.
Pero
sin el equipo, no habría campaña de evangelización. Todo parecía perdido. La
iglesia no disponía de la cantidad solicitada para el depósito. Pero Dios tenía
un plan. El fiel pastor Bienvenido V. Tejano, que también servía como embajador
de Filipinas en Papúa Nueva Guinea, entregó personalmente la solicitud al
presidente Joseph Estrada el miércoles por la noche ya muy tarde. Dos horas más
tarde, el presidente Estrada envió una carta instruyendo a la autoridad aduanera
filipina que entregara el equipo inmediatamente y sin costo alguno.
Dios
intervino en favor de su pueblo. Las conferencias vía satélite se realizaron
con éxito a través de las ondas del Pacífico Sur. La promesa de Dios sigue
vigente. Aplícala a tu vida.
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