jueves, 12 de septiembre de 2013

RASTROS EN LA SELVA TERCERA PARTE


Lugar: Filipinas

Palabra de Dios: Josué 1:9

De paso, probablemente te estés preguntando de qué cosa huíamos Jason y yo cuando nos perdimos en la selva. Eso era exactamente que yo quería saber. Jason se había adelantado por la barranca, y luego había subido gritando: “¡Corre!” Y eso era lo que habíamos hecho.

Luego de volver al sendero correcto, pronto llegamos al claro, donde nos esperaba el señor Boughman.

-Me tenían preocupado. ¿Qué pasó? -preguntó él.

-Nos perdimos -dije, tan pronto como pude recuperar el aliento-

Y luego nos encontramos con un… -m e detuve, y miré a Jason- ¿Con qué nos encontramos?

-Yo… yo… vi algo que me asustó mucho -dijo él-. Unos ojos grandes y redondos que me miraban desde un árbol. Quiero decir… esa cosa tenía unos dientes enormes, que chorreaban saliva.

-¿Sabes lo que era? -le pregunté.

-Bueno -vaciló, y luego comenzó a sonreír, avergonzado-, ¡Nunca vi un mono más grande en mi vida!

El señor Boughman y yo nos largamos a reír.

-¿Quieres decir que estábamos huyendo de un mono? -exclamé-

¡Me hiciste correr por mi vida!

Jason se encogió de hombros.

-Lo lamento. Creo que no era tan terrible como me pareció en el momento…

Mientras volvíamos a casa, pensé en las cosas que nos dan miedo, como paramos en el frente, quedar como tontos o perder un partido.

A veces, nuestros miedos parecen monstruosos, y tratamos de huir y de escondemos. Pero, si enfrentamos nuestros temores, quizá no sean tan grandes, como el pobre monito en la selva. La Biblia dice: ‘‘…¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas”.

Lecturas Devocionales para Menores 2013
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee Robinson

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