Lugar: Filipinas
Palabra de Dios: Josué 1:9
De
paso, probablemente te estés preguntando de qué cosa huíamos Jason y yo cuando
nos perdimos en la selva. Eso era exactamente que yo quería saber. Jason se
había adelantado por la barranca, y luego había subido gritando: “¡Corre!” Y
eso era lo que habíamos hecho.
Luego
de volver al sendero correcto, pronto llegamos al claro, donde nos esperaba el
señor Boughman.
-Me
tenían preocupado. ¿Qué pasó? -preguntó él.
-Nos
perdimos -dije, tan pronto como pude recuperar el aliento-
Y
luego nos encontramos con un… -m e detuve, y miré a Jason- ¿Con qué nos
encontramos?
-Yo…
yo… vi algo que me asustó mucho -dijo él-. Unos ojos grandes y redondos que me
miraban desde un árbol. Quiero decir… esa cosa tenía unos dientes enormes, que
chorreaban saliva.
-¿Sabes
lo que era? -le pregunté.
-Bueno
-vaciló, y luego comenzó a sonreír, avergonzado-, ¡Nunca vi un mono más grande
en mi vida!
El
señor Boughman y yo nos largamos a reír.
-¿Quieres
decir que estábamos huyendo de un mono? -exclamé-
¡Me
hiciste correr por mi vida!
Jason
se encogió de hombros.
-Lo
lamento. Creo que no era tan terrible como me pareció en el momento…
Mientras
volvíamos a casa, pensé en las cosas que nos dan miedo, como paramos en el
frente, quedar como tontos o perder un partido.
A
veces, nuestros miedos parecen monstruosos, y tratamos de huir y de escondemos.
Pero, si enfrentamos nuestros temores, quizá no sean tan grandes, como el pobre
monito en la selva. La Biblia dice: ‘‘…¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo
ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas”.
Lecturas
Devocionales para Menores 2013
En algún lugar del
Mundo
Por Helen Lee
Robinson
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