¡Por Jehová y por Gedeón!
Jueces 7:18.
El Señor mismo dirigió la mente de Gedeón en
la adopción de un plan…
Dividió a sus trescientos hombres en tres
grupos. A cada hombre se le dio una trompeta y un cántaro, con una lámpara
encendida. Entonces colocó a sus hombres de tal manera que rodearan el
campamiento entero de Madián.
Anteriormente se les había instruido sobre
cómo proceder, y a la medianoche, a la señal de Gedeón, los tres grupos tocaron
sus trompetas, descubrieron sus lámparas y quebraron los cántaros a la misma
vez, mientras clamaban: “¡Por la espada de Jehová y de Gedeón!” La luz de
trescientas lámparas que rasgaba la oscuridad de la medianoche y el fuerte
clamor de trescientas voces despertó súbitamente al ejército durmiente. Al
creerse a la merced de fuerzas abrumadoras, los madianitas se llenaron de
pánico. Siguió una terrible escena de confusión.
En su terror, huían en todas las
direcciones, y al confundir a sus propios compañeros por enemigos, se mataban
unos a otros.
Según se corrían las noticias de la victoria
de Israel, muchos que habían sido enviados a sus casas regresaron y se unieron
para perseguir a los enemigos que huían. Gedeón también envió mensajeros a los
de Efraín, y les pidió que tomaran los vados del Jordán, para que los fugitivos
no escaparan hacia el este.
En esta terrible derrota murieron no menos
de 120 mil de los invasores, y los madianitas fueron dominados hasta el punto
que nunca más pudieron hacerle la guerra a Israel. Los quince mil que escaparon
cruzando el río, fueron perseguidos por Gedeón y sus fieles trescientos y vencidos
decisivamente; Oreb y Zeeb, príncipes de Madián, fueron asesinados…
Por causa del orgullo y la ambición de la
raza humana, Dios ha escogido ejecutar sus poderosas obras por los medios más
simples y humildes…
Su solicitud por las obras de su creación es
incansable e incesante. Cuando los hombres y las mujeres salen a sus tareas
diarias, cuando se dedican a la oración; cuando se acuestan en la noche y se
levantan en la mañana; cuando los ricos se banquetean en sus palacios y los
pobres reúnen a sus hijos ante una escasa despensa, todos son observados
tiernamente por su Padre celestial…
Con humilde oración y fe confiada,
deberíamos buscar consejo de Dios…
Entonces todos nuestros actos serían
gobernados por la discreción; nuestras energías serían dirigidas correctamente
– Signs of the Times, 14 de julio de 1881.
MEDITACIONES
MATINALES PARA ADULTOS 2013
DESDE
EL CORAZÓN
Por: Elena G. de White
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