lunes, 16 de septiembre de 2013

CUALIDADES DE LOS ESCOGIDOS


El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. Jueces 7:2.

El valor de Gedeón fue grandemente fortalecido por las muestras del favor divino que le fueron confiadas. Sin demora, salió con sus fuerzas para ofrecer batalla a los madianitas. Pero ahora lo aguardaba otra severa prueba de su fe.

Ante el despliegue del inmenso ejército de los invasores - que en contraste hacía que los 32 mil hebreos lucieran como un mero puñado - le llegó la palabra del Señor: “El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad” (Jueces 7:2, 3)…

A causa de la condición débil de los ejércitos de Israel en contraste con el número de sus enemigos, Gedeón se había refrenado de hacer la proclamación usual. Estaba lleno de asombro ante la declaración de que sus fuerzas eran demasiado grandes. Pero el Señor vio el orgullo y la incredulidad existente en los corazones de este pueblo. Animados por las apelaciones conmovedoras de Gedeón se habían alistado gustosamente; pero cuando vieron la multitud de los madianitas, su valor se disipó…

En vez de sentir que eran demasiados, los israelitas pensaban que eran muy pocos; pero Gedeón dio la proclamación que el Señor había prescrito. Con corazón apesadumbrado, vio… cómo se fueron más de dos tercios del total de su ejército…

Nuevamente la palabra del Señor vino a su siervo: “Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; más de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá” (vers. 4)…

Unos pocos tomaron rápidamente un poco de agua en la mano y la aspiraron mientras seguían moviéndose, pero casi todos se arrodillaron y bebieron sin apuros de la superficie del agua. Los que tomaron el agua con la mano fueron apenas trescientos, de entre los diez mil; pero estos fueron seleccionados, y se permitió a la gran mayoría del ejército que regresara a su casa.

Aquí vemos los medios sencillos por los que a menudo se prueba el carácter…

Los hombres seleccionados por Dios eran los pocos que no permitían que sus propias necesidades impidieran el cumplimiento de su deber - Signs of the Times, 30 de junio de 1881.

 MEDITACIONES MATINALES PARA ADULTOS 2013
DESDE EL CORAZÓN
Por: Elena G. de White

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