lunes, 23 de septiembre de 2013

LA FE SENCILLA ES RECOMPENSADA


Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos. 1 Samuel 17:47.

¡Tamaña demostración de valor y de una fe excelsa de parte de un simple | 1 pastor ante los ejércitos de los israelitas y los filisteos! Había un timbre de temeridad en su tono, una mirada de triunfo y regocijo en su hermoso semblante…

Según la rica voz de David pronunciaba las palabras de confianza y triunfo, la ira de Goliat alcanzó su nivel máximo de ardor. En su furia, empujó hacia arriba el casco que protegía su frente y corrió con odio determinado, para ejecutar venganza contra su opositor. El hijo de Isaí se estaba preparando para su enemigo.

Ambos ejércitos observaban con el mayor interés. “Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra” (1 Samuel 17:48, 49).

El asombro se difundió entre las filas de ambos ejércitos. Habían estado seguros de que David moriría; pero cuando la piedra fue zumbando por el aire derecho al blanco, vieron cómo el poderoso guerrero temblaba y movía las manos ante sí como si hubiera quedado ciego repentinamente. El gigante se meció y se tambaleó, y cayó de bruces al suelo. David no esperó un instante.

No sabía si había muerto. Se abalanzó sobre la forma postrada del filisteo, y con dos manos blandió la pesada espada de Goliat. Un momento antes, el gigante había hecho ademanes con ella ante el rostro de David, con la jactancia de que quitaría la cabeza del joven de sus hombros y daría su cuerpo a las aves de los aires. Ahora sirvió para obrar la voluntad del siervo de Dios. Fue levantada en el aire, y luego la cabeza del fanfarrón rodó separada del tronco, y un grito de alegría se levantó del campamento de Israel.

Los filisteos se llenaron de terror. Sabían que el día representaba una derrota.

En horror y confusión, se batieron en una retirada irregular… Los hebreos triunfantes… corrieron tras sus enemigos en retirada, y “siguieron a los filisteos hasta llegar al valle, y hasta las puertas de Ecrón… Y David tomó la cabeza del filisteo y la trajo a Jerusalén, pero las armas de él las puso en su tienda” (1 Samuel 17:52-54) - Signs of the Times, 10 de agosto de 1888.

 MEDITACIONES MATINALES PARA ADULTOS 2013
DESDE EL CORAZÓN
Por: Elena G. de White

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