lunes, 16 de septiembre de 2013

PAGO ATRASADO


Lugar: Noruega

Palabra de Dios: Lucas 19:8

Durante el año 2004, llegó una carta anónima al Hotel Clarion Emst, en la ciudad sureña de Kristiansand. Provenía de un huésped que se había alojado en ese hotel 24 años antes. Aparentemente, la persona se había ido sin pagar su cuenta. “He pensado mucho en este incidente desde entonces”, decía la carta. “Por favor, perdónenme”.

Dentro del sobre, había un billete de quinientos kroner (unos ochenta dólares), para cubrir el costo.

El gerente del hotel se asombró de recibir esa carta. No podía creer que alguien confesara algo como esto después de tantos años. Pero, la carta explicaba que el huésped quería poner en orden las cosas. La carta estaba firmada: “Alguien que quiere arreglar las cosas, y ahora lo hace”.

Lucas 19 registra la historia de otro hombre que quería clarificar las cosas. Zaqueo era un recaudador de impuestos, y estos tenían la reputación de engañar a la gente y cobrar más de lo que debían.

Como la persona que prometía recaudar más impuestos era el que conseguía el trabajo, y porque el gobierno romano no les pagaba ningún sueldo, ellos tenían que cobrar de más, para ganar dinero.

Un día, Zaqueo se enteró de que Jesús estaba en la ciudad, pero el pequeño recaudador de impuestos no lo podía ver, por causa de la multitud. Entonces, se le ocurrió una idea: se treparía a un árbol. Imagina la sorpresa de Zaqueo, cuando Jesús se detuvo debajo de la rama sobre la que él estaba sentado y le habló personalmente.

Luego de muchos años de hacer las cosas mal, Zaqueo decidió hacer las cosas bien.

“…Mira, Señor: Ahora mismo voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si en algo he defraudado a alguien, le devolveré cuatro veces la cantidad que sea”.

Tanto Zaqueo como el huésped noruego no solo confesaron sus errores, sino también hicieron un esfuerzo por solucionar y restituir las cosas. Eso es importante, pero no esperes 24 años para hacerlo.

Sigue su ejemplo hoy, y te sentirás mucho mejor.

 LECTURAS DEVOCIONALES PARA MENORES
EN ALGÚN LUGAR DEL MUNDO
Por: Helen Lee Robinson

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