miércoles, 25 de septiembre de 2013

ALCANZA EL TREN


Lugar: Suiza

Palabra de Dios: Lucas 12:37, 38

Cuando el tren entró en la estación de Aigle, Lorena, su guarda, se bajó de él para vender boletos. Todavía estaba caminando por el andén con la máquina expendedora de boletos en la mano, cuando oyó que el tren partía.

-¡Deténganse! -gritó, corriendo hacia las puertas abiertas.

Pero, el tren siguió andando sin su guarda. El reloj de la estación mostraba que el tren había salido exactamente a la hora que debía salir. Lorena miró frenéticamente a su alrededor, preguntándose qué hacer. Viendo un taxi, subió a él.

-Rápido, necesito alcanzar el tren - le dijo al conductor.

Salieron rápidamente, sin saber cuán lejos tendrían que ir, para alcanzar el tren.

Afortunadamente, alguien se dio cuenta de que el tren no tenía guarda; quizá, las puertas abiertas les hayan dado alguna pista. Se detuvieron unos nueve kilómetros más adelante, y esperaron a que ella apareciera. Unos minutos más tarde, el taxi se detuvo junto a las vías. Lorena pagó el viaje y subió al tren. Había perdido su propio tren porque perdió la noción del tiempo. Pero, puedes estar seguro de que, de allí en adelante, estuvo más atenta al reloj, para que no la encontrara desprevenida.

Jesús nos dice que estemos alerta para que, cuando regrese, estemos preparados para ir a casa, junto con él. Él dice: “Dichosos los siervos a quienes su señor encuentre pendientes de su llegada. Créanme que se ajustará la ropa, hará que los siervos se sienten a la mesa, y él mismo se pondrá a servirles. Sí, dichosos aquellos siervos a quienes su señor encuentre preparad os, aunque llegue a la medianoche o de madrugada”.

¡Jesús viene pronto! Estemos listos para encontramos con él.

 LECTURAS DEVOCIONALES PARA MENORES
EN ALGÚN LUGAR DEL MUNDO
Por: Helen Lee Robinson

No hay comentarios.:

Publicar un comentario