sábado, 2 de noviembre de 2013

RAY KRONE, COMIENZA DE NUEVO

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Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud (Gálatas 5:19).

¿De qué nos libertó Jesús? De las consecuencias y de la esclavitud del pecado, dice el evangelio. Pero también de nociones equivocadas y doctrinas extrañas que perturban la vida y pueden conducirnos a la perdición, como las que amenazaban a los cristianos de Galacia (Gálatas 3:1-29). Asimismo, también nos libertó de las injusticias humanas.

La justicia humana padece muchos males por ser humana y la ejercen seres humanos equívocos y falibles.

Fue lo que le pasó a Ray Krone, un preso que estuvo en la lista de los sentenciados a la pena capital. En abril de 2002 llegó a ser el centésimo preso exculpado en los Estados Unidos desde que la pena de muerte fue instituida de nuevo en el año 1976 gracias a la prueba del ADN. Krone pasó más de diez años en la cárcel por un asesinato que no había cometido.

¿Qué hizo Krone en su primer día de libertad? Se fue a comer a un restaurante, nadó en la piscina de un hotel, lanzó gritos de alegría mientras el agua envolvía su cuerpo libre y su mente se regocijaba en la libertad. Casi inmediatamente después de su liberación comenzó a censurar las debilidades del sistema de justicia que lo habían llevado a perder su fe en la justicia humana. A Krone lo habían condenado, no una, sino dos veces por el mismo delito, la última vez a cadena perpetua.

Cuando le preguntaron cómo pensaba reconstruir su vida, Ray Krone respondió: “No pienso en reconstruir, pienso en comenzar de nuevo. Tengo una vida flamante, nueva, con sueños nuevos… No quiero ser negativo, vengativo o rencoroso. No tengo tiempo para eso”.

Dios liberta a sus hijos de la esclavitud del pecado y sus consecuencias eternas para que, libremente, puedan elegir ponerse bajo su servicio. Ahora ya no es esclavitud, es servicio voluntario abnegado y por amor. Es una forma de vida muy satisfactoria, que conduce al ser humano a la plenitud del desarrollo de todas sus facultades; es decir, su ser entero. La persona a quien Cristo libera también debe buscar un nuevo comienzo, no una reconstrucción de su pasado. Nada estuvo bien anteriormente, ni siquiera lo que parecía. La vida del cristiano debe ser una nueva vida, ahora en Cristo, que es la clave para poder vivirla. Comienza tu nueva vida en él hoy mismo.

Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías qué..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix Cortez

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