Palabra de Dios: Proverbios 11:5, DHH
Mientras
inspeccionaba las aguas abiertas que lo rodeaban, un marinero divisó un barco
que se aproximaba.
-Me parece que
esto nos traerá problemas -murmuró, dándole otra mirada con sus binoculares.
Y sí, era un
barco de la patrulla del gobierno.
Esto alarmó al
marino, porque su barco estaba involucrado en actividades ilegales. A bordo,
tenían una carga de tabaco, que estaban tratando de entrar de contrabando en
los Estados Unidos, sin pagar impuestos. Todos los que estaban a bordo sabían
cuáles serían las consecuencias, si los atrapaban. No solo perderían su carga,
sino también todos terminarían en la cárcel.
El marinero
rápidamente informó de la mala noticia a su capitán.
El capitán
sabía que no tenía alternativa, sino deshacerse de la evidencia.
-Arrojen el
tabaco al agua -ordenó.
Los hombres
del barco tomaron los cajones con tabaco y los arrojaron al océano, trabajando
lo más rápido que podían.
El grumete
corrió a la cubierta, para ver cuánto tiempo les quedaba.
De pronto se
puso pálido. Corrió abajo nuevamente, gritando:
-¡El tabaco
está en el agua, pero no se hunde! ¡Está flotando alrededor de nuestro barco!
Los hombres
del barco habían pensado que podrían librarse de su delito, pero el barco
estaba rodeado por la evidencia. En unos pocos minutos, los funcionarios de
gobierno atraparon a los contrabandistas y confiscaron el tabaco.
Proverbios
11:5 dice: “La justicia endereza el camino del justo, pero el malvado cae por
su propia maldad”. No sigas el camino de los malvados.
Nunca vale la
pena. En lugar de ello, pide a Dios que te ayude a seguir el camino de los
justos.
Lecturas Devocionales para Menores 2013
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee
Robinson
No hay comentarios.:
Publicar un comentario