Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha
escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están
sobre la tierra. Deuteronomio 7:6.
Estas
palabras fueron habladas por Cristo, encubierto en una columna de nube, y
fueron dadas a Moisés para el pueblo escogido de Dios. El Señor no ha dejado el
mundo sin testimonio. Él tiene a su leal pueblo escogido. Ellos no hacen de
este mundo su hogar, sino que están aquí para testificar de Dios, y en tanto
dure el tiempo de prueba, estos mensajeros fieles llevarán un testimonio vivo…
Por medio del
poderoso pico de la verdad, Dios ha separado un pueblo de la cantera del mundo
y los ha traído a su taller. Aquí, el Gran Artífice puede tallarlos bien con
hachuela y cincel, y pulirlos para un lugar en su Reino. Ya no serán como la
masa de la cual fueron tomados. Se sostienen como nobles columnas, a fin de ser
utilizados para la gloria de Dios.
La gloria futura
de los hijos e hijas adoptados de Dios no se discierne ahora.
El pueblo de
Dios recibe burlas y rechazo por parte del mundo. Pero tienen la simpatía de un
mundo mejor que este; en efecto, uno celestial…
La Palabra de
Dios, tal como se la redactó, es la base de nuestra fe. Esa Palabra es la
palabra segura de la profecía, y demanda una fe implícita de todos los que
aseguran creerla. Es autoritativa, y contiene en sí misma la prueba de su
origen divino…
¿Qué somos los
que reclamamos ser unos con Cristo? “Somos colaboradores con Dios”. Entre el
verdadero creyente y el incrédulo siempre habrá el mismo conflicto que hubo
entre Cristo y los que lo rechazaron. Quienes son partícipes con Cristo en sus
sufrimientos también serán partícipes con él de su gloria. Pero los que evaden
la cruz aquí, niegan a Aquel que los ha comprado a un precio infinito, y en el
día del juicio ellos serán negados. Muchos, muchos, están tergiversando y
negando a Cristo por su norma inferior de cristianismo.
Quienes creen
verdaderamente en Cristo mostrarán su fe por medio de una vida bien organizada
y una conversación santa. Al obrar afiliados con Cristo, mostrarán que han sido
adoptados en la familia del cielo. De los tales Dios dice: “Yo habito en la
altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer
vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los
quebrantados” (Isaías 57:15) - Signs of the Times, 2 de junio de 1898.
Tomado de Meditaciones Matutinas para
adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White
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